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Miguel Hita, taxista de Cúllar Vega, fue el primero de Andalucía en trabajar con un coche eléctrico y el cuarto de España. Antes de adquirirlo contactó con el propietario del taxi número 38, pionero en su gremio a nivel nacional, Roberto San José. «Entre ... nosotros es como si fuéramos hermanos, hace tres años me topé por casualidad en un viaje a Pamplona con el primer taxista de allí, Joseba, y al decirle que yo era el de Cúllar Vega, me reconoció en seguida; nos cogimos los dos brazos porque él iba haciendo un servicio; se me pusieron los pelos como escarpias», recuerda Miguel emocionado. Además de esta hermandad, porque son «los perros verdes del sector», dice el granadino que este vehículo le supone un ahorro en combustible de 300 euros al mes.
Este taxista granadino, con 30 años de experiencia en el sector, optó por el modelo Nissan Leaf, con «200 kilómetros de autonomía cuando es nuevo, después se va reduciendo y ahora tiene 140 kilómetros de autonomía», apunta el granadino. Para Miguel son todo ventajas. Dice que ahorra alrededor de 300 euros mensuales en diésel en comparación con su anterior vehículo. Pero una afirmación que Miguel hace suya es que lo más importante de este coche es lo que no tiene: «Al ser un vehículo eléctrico no hay que hacer cambios de aceite, de filtros de aceite; no tiene caja de cambios, no tiene sistema de distribución y muchas otras cosas, por lo que te ahorras muchísimo en revisiones», señala el taxista. En los 143.000 kilómetros que ha hecho con su vehículo eléctrico, Miguel dice que se ha gastado 280 euros en revisiones mientras el coche estaba en garantía.
Cuenta el profesional del volante que cuando los clientes nuevos suben al coche se quedan impresionados por el silencio del motor, porque no vibra y porque «tiene muy buena aceleración», punto en el que insiste el taxista porque es patente que disfruta de esta prestación del vehículo.
Además, señala que lo mejor son las caras de los niños, ya que disfrutan «tanto como yo al no sentir la vibración, sólo la aceleración». También hay clientes que agradecen las consecuencias ecológicas del uso de este tipo de vehículos.
Pero, si todo son ventajas... ¿por qué no hay más taxistas que opten por este tipo de coches? Miguel explica que sus compañeros son reticentes debido a la autonomía de los vehículos eléctricos.
Algunos trabajadores de este gremio no quieren rechazar servicios a Málaga o Sevilla y creen que tendrían que hacerlo si utilizaran estos coches. Pero perder este tipo de servicios no supone un problema para Miguel ya que el ahorro mensual sigue siendo más interesante para él. «La autonomía del coche se ha reducido en estos años, de 200 kilómetros a los 140 actuales, pero ya estoy deseando probar el nuevo modelo porque es capaz de hacer hasta 370 kilómetros. Seguro que hay muchos compañeros que con esta novedad sí optarían por este tipo de vehículos».
Si tiene que ponerle algún 'pero' a la inversión que hizo hace cinco años es la escasez de cargadores, si bien señala que en Granada muchos de los que hay son gratis «y de carga rápida -en 30 minutos carga el 80% de la batería- como el del concesionario donde compré el vehículo, o en algunos centros comerciales y supermercados, que también disponen de este servicio y no te preguntan cuánto tiempo has estado cargándolo», informa Miguel, que no obstante dice que faltan en las autovías de Granada a Málaga o a Sevilla.
Otro factor negativo es que se debe ir con «mucha más precaución porque cuando somos peatones en muchas ocasiones cruzamos de oído y al ser tan silencioso el vehículo no se dan cuenta de su presencia», explica el profesional del taxi.
Excepto estas salvedades, Miguel anima a todos sus compañeros a trabajar con coche eléctrico aunque para ello «debería haber un mayor apoyo» de las administraciones para abaratar el precio de su compra. «Hay que tener en cuenta que el nuevo modelo de este coche cuesta 30.000 euros, cuando yo lo compré el precio era de 29.000 euros, pero gracias a diferentes subvenciones lo conseguí por 19.000 euros. Entonces había menos gente interesada en adquirirlos, ahora las subvenciones se terminan enseguida», desvela.
Pese al precio, Miguel no tiene duda, volvería a comprar este vehículo para trabajar porque lo que le aporta, además de eficiencia económica y ecológica, son muchas satisfacciones. «Para mí ha sido como cumplir un sueño de la infancia porque cuando era niño imaginaba que los coches tenían un cuadro de mando como el de este coche, que te habla, que no hacían ruido ni vibraban, como mi taxi, y que eran capaces de acelerar como lo hace mi coche», sentencia Miguel Hita, el primer taxista andaluz con vehículo eléctrico.
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