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En Granada, los médicos de familia residentes del distrito metropolitano no saben a qué atenerse y, aseguran, no están «a favor de la medida» propuesta por la Junta de Andalucía. No hay datos oficiales todavía, pero este grupo aseguran que, «en general», no aceptarán las plazas ofertadas para cubrir huecos este verano.
Recordemos que este lunes, la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía aprobó ofertar a los Médicos Internos Residentes (MIR) de último año que, en vez de continuar con su proceso formativo normal que terminaría en septiembre, cubran 656 plazas -363 de Medicina de Familia y otras 293 de distintas especialidades- que necesitan reforzarse este verano. Esta opción, voluntaria, viene con un complemento a la docencia y a la movilidad de 500 euros al mes. De esas 656 plazas, en Granada hay 39.
«Si tienes alguna duda, pregúntala después del contrato. Esa fue una de las frases que nos dijeron cuando nos convocaron. ¿Cómo vamos a firmar un contrato sin saber la localización definitiva ni el tiempo del mismo?», se pregunta uno de los afectados.
«Una de las cosas que más llamó la atención –añade otro– es que la Unidad Docente de Granada Metropolitano no conocía esta propuesta». «Llamábamos a nuestra Unidad Docente y no sabían qué informarnos al respecto». Además, estos residentes creen que «no se han aclarado las condiciones de la oferta». Así, hablan de un «malestar generalizado», no solo con los MIR, también con los «numerosos profesionales» que hay en la bolsa de trabajo.
«Tras la comunicación del acto único (así se conoce a esta convocatoria extraordinaria) empezaron los comentarios en contra de la propuesta: ¿Acaban de terminar y tienen mejores contratos que nosotros? ¡Que oferten interinidades para todos los que estamos mes a mes! Esa posición de malestar de profesionales con más tiempo trabajado nos coloca en una situación de vulnerabilidad y rechazo».
Ante los que dicen que son «jóvenes que no quieren trabajar», ellos se defienden así: «Ninguno hemos pasado una carrera de seis años, una preparación ardua al sistema MIR y una residencia de cuatro años para no trabajar. Estamos hablando de once años de formación con un gran esfuerzo». Y siguen: «Queremos trabajar, pero queremos transparencia y dignidad para nosotros, para nuestros referentes y especialmente para la población que atendemos».
Este grupo de residentes de Granada comparte una misma conclusión: «Estamos participando de forma forzosa en una estrategia deliberada en contra de la Atención Primaria. Se está mercantilizando el derecho universal a la salud. Se está formando parte de un colapso del sistema sanitario con las graves repercusiones que eso conlleva».
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