Isabel con sus siete hijos y con José (el octavo) en la barriga. Pepe Marín

«Mi momento favorito es cuando les doy su beso y se duermen los siete»

Bendita locura. Isabel Callejón es madre de siete hijos y está embarazada del octavo. Su familia no tiene límites

Laura Ubago

Granada

Domingo, 5 de mayo 2024, 00:15

Isabel Callejón tiene 37 años y siete hijos. Y José, que vive todavía en su barriga y que llegará al mundo a finales de agosto. Lorenzo, tiene 11; Alba, 10; Aurora, 7; Noé tiene 6; Jesús tiene 3, Ángel 2 años y Moisés tiene uno ... y medio. Sus nombres están escritos en el buzón de una casa doble de Albolote que encontraron casi de milagro. Tenían otra en la que ya no cabían. También hay que replantearse el medio de transporte porque de la furgoneta roja habrá que pasar al microbús para diez.

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Llegan del cole y los mayores preparan meriendas. En un momento, todos han merendado y juegan entre ellos. Isabel, profesora de Educación Física en el colegio Monaita, respira y se toma un colacao para coger fuerzas. José crece en la barriga y fuera le esperan mucho amor pero aún ni la cuna ni el carro. En esta casa lo material cobra un segundo plano. O un tercero. Como juguete, esa tarde de mayo, está Lola la tortuga a la que Moisés busca desesperadamente.

El padre de esta tropa es Andrés Román, que dirige un centro para personas con autismo. Uno de los trucos de esta casa es que ambos trabajan de 9 a 5. Allí no hay canguros pero sí abuelos dispuestos a que la pareja siga viviendo momentos de intimidad. Para ellos, el matrimonio, es el pilar de la familia. Por eso recomiendan el llamado 'Proyecto amor conyugal', del que ellos participan, para que esta unión sostenga el peso de los siete (ocho) hijos.

En manos de Dios

«Mi plan de vida está en manos de Dios. Al principio intentábamos calcular cuándo iban a llegar los hijos, ya no. Nos entregamos y somos muy felices con esa entrega», resume Isabel. La maternidad la entiende como algo «innato» y con una carga mental que se reduce delegando. En esa casa son un equipo y mientras uno ducha niños, el otro recoge ropa y prepara la del día siguiente.

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Siendo veinteañeros se conocieron en la discoteca Mae West. Aseguran, con gracia, que Dios les puso en su camino. Y ahora están a punto de ser diez. Su momento favorito lo cuenta con humor:«cuando les doy su beso y se duermen los siete».

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