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«Ahora es el momento en que tenemos que ser más humanos en un mundo de máquinas»

La segunda Charla TAI se centra en el papel que juegan los robots en algunas de las tareas en la agricultura

Javier Morales

Granada

Domingo, 23 de marzo 2025

Hugo Moreno (Granada, 1979) creció entre crisantemos, matas de pimientos y tomates. Recuerda cuando iba con su abuelo Antonio a arrancar malas hierbas cerca de Pinos Puente. Conoció de primera mano el día a día del trabajo en el campo. Hoy, este doctor en Agroingeniería e investigador postdoctoral en el Centro de Automática y Robótica (CAR) del CSIC, aplica aquella experiencia a su profesión, e investiga los usos de la inteligencia artificial para, por ejemplo, identificar y arrancar de forma precisa esas malas hierbas.

- ¿Ha cambiado mucho la agricultura desde aquella época en Pinos Puente con su abuelo hasta hoy?

- Digamos que ahora lo que tratamos de hacer es volver al pasado. Cuando yo estaba con mi abuelo, podíamos ir identificando una a una, por ejemplo, a las malas hierbas y podría ir arrancándolas. Ahora que tenemos tractores y unos sistemas más grandes y hemos perdido precisión porque podemos tratar hectáreas, tratamos de volver al pasado, a ir eliminando las malas hierbas una a una con inteligencia artificial.

- ¿Con qué herramientas concretas?

- Nosotros estamos enfocados en un tratamiento a nivel terrestre. Hay otros compañeros del CSIC que utilizan drones y nosotros estamos dentro de un proyecto que se llama MixWeeding, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). 'Weeding' viene de la palabra inglesa arrancar malas hierbas y 'mix' porque integramos una serie de estrategias para poder eliminar las malas hierbas de una forma más efectiva y poder reducir el uso de herbicidas. Hacemos con un robot lo que haríamos nosotros. Tiene unos sensores que serían, por ejemplo, nuestros ojos, vemos la realidad, estamos viendo esas malas hierbas, procesamos esa realidad en nuestro cerebro, que sería el ordenador del robot, y luego tomamos unas decisiones, que sería para el actuador, el que elimina esas malas hierbas. Este sistema de inteligencia artificial intenta replicar lo que yo hacía de pequeñito con mi abuelo, que era ir eliminando una a una con precisión la mala hierba y no aplicar herbicida o hacer un tratamiento mecánico de una forma uniforme, sino de una forma específica y localizada.

- ¿Hablamos de una investigación para algo que vendrá en el futuro o algo que ya aplica?

Es algo que ya se está aplicando, es algo que no es una cuestión del futuro, son tecnologías que los agricultores tienen que empezar a integrar de una forma efectiva en sus campos porque no estamos hablando ya de algo futurista. Desde hace más de una década ya hay sistemas automatizados y ahora desde hace unos años ya tenemos sistemas robóticos, que no son solamente de equipos de investigación, sino de empresas, que ya se están comercializando y se están implementando en los campos de cultivo para volver al pasado, para poder tratar de una forma específica y localizada y no de una forma homogénea, que es el problema que tenemos actualmente para cumplir con la Agenda 2030.

- Hace un lustro, cuando explota la inteligencia artificial generativa, se empieza a hablar de que va a revolucionar sobre todo los empleos que no son mecánicos. Sin embargo, aquí entra en un sector puramente manual...

- Como cualquier tecnología disruptiva va a venir a implementar una serie de cambios y que son necesarios porque actualmente el desafío al que se enfrentan los agricultores es que tienen que producir más con menos. Con menos en recursos de fitosanitarios, de lo que comúnmente se conoce como plaguicidas o pesticidas. Cada vez son más caros. La regulación europea tiene muchas restricciones con respecto a ciertas sustancias, algunas ya están prohibidas. Por otro lado, la subida del aumento de los costes de producción y los carburantes, de los combustibles fósiles. Si para una hectárea ahora tenemos una cantidad que podíamos utilizar, ahora necesitamos reducir esa cantidad a aplicar en esa hectárea. No nos queda otra que aplicar estos sistemas de inteligencia artificial para poder tratar esta hectárea con la dosis mínima posible y haciendo un tratamiento localizado.

- Hablamos de máquinas que nos ayudan a tener un campo más sostenible y más saludable

- Eso es, tiene que ser sostenible medioambientalmente, pero también económicamente, es decir, el agricultor tiene que producir más con menos, ganar más dinero, y que tenga también un trabajo cómodo. Esta revolución tecnológica lo que tiene que traer es que el trabajo de campo sea menos sacrificado, que ese trabajo de campo signifique que las máquinas más o menos automatizadas o robotizadas puedan colaborar con nosotros para que todas esas tareas arduas, que también son peligrosas y tediosas, y que nosotros como humanos nos podamos centrar en tareas de más alto nivel, es decir, en la toma de decisiones.

- Al final lo importante nos sigue correspondiendo a nosotros...

Tenemos que tener en cuenta que ahora es el momento en el que tenemos que ser más humanos en un mundo de máquinas. Y ser más humanos en un mundo de máquinas significa que tenemos que tirar mucho más de nuestra creatividad, es decir, creatividad para poder integrar diferentes soluciones. En el proyecto en que yo me integro, MixWeeding, lo que hacemos es integrar conocimientos de diversas áreas, bien sea agronómica, biológica, de telecomunicaciones, industriales, informática, para dar una respuesta, utilizar inteligencia artificial para aplicar la cantidad mínima de fitosanitarios de una forma específica y localizada. Eso sería la creatividad. La siguiente parte sería el pensamiento crítico. Nosotros somos los que tenemos que saber cómo analizar esa gran cantidad de datos y tomar las decisiones. Y, por último, la cooperación. Hoy en día nos encontramos con problemas en el campo derivados de los aumentos de coste de producción y necesitamos cooperar. Y cuando digo cooperar es entre administraciones público-privada, entre los diferentes organismos de investigación, para acercar al campo todo este conocimiento.

- ¿Va a llegar o ha llegado esta tecnología también al pequeño agricultor? ¿Va a ser accesible para todo el mundo?

- Nuestro ánimo es siempre que este conocimiento tan avanzado pueda llegar siempre al agricultor, bien sea pequeño o grande, y que lo pueda implementar de una forma efectiva. Sin embargo, necesita dos cuestiones básicas. Una es la formación. Necesita formarse y tener conocimiento de estas tecnologías. Y dos, un soporte técnico. Muchas veces, cuando se comercializa un producto altamente tecnológico, cuando se vende, no hay un acompañamiento, un servicio técnico que acompañe al agricultor durante todo el proceso de implementación de esta herramienta. Y por otro lado, va a necesitar también colaboraciones público-privadas. Ya hay un aspecto, que es el que nosotros también trabajamos mucho, que es el de las prácticas culturales. Venimos de muchas prácticas seculares en campo y en nuestras actividades de divulgación tratamos de mostrar a los agricultores en diferentes foros, cómo estas tecnologías, esta agricultura robótica, puede ayudar a medio y a largo plazo a que puedan ser más sostenibles medioambientalmente, pero también económicamente. Es decir, que puedan ganar más dinero y que el trabajo del campo no sea tan sacrificado.

- ¿Hace uso de la inteligencia artificial con frecuencia?

- Fuera del trabajo, en todo aquello que no tenga que ver con la privacidad de los datos, que es una de las grandes amenazas, trato de utilizar la inteligencia artificial lo mínimo posible. No hace falta ponerle internet a todo, a las bombillas, a las persianas… Me sirvo de ella para que me diga cada día que tengo que ir a la oficina que evite un atasco o un accidente, pero no tengo un reloj puesto que pueda enviar todos mis biodatos a una nube que la procese y sepa mi ritmo cardíaco, mi saturación en oxígeno, etcétera, ¿Dónde van todos esos datos y cómo se gestionan? En todo lo que no tenga que ver con la privacidad, encantado con la inteligencia artificial.

- Nuestro anterior invitado, Óscar, nos recomendaba un libro que se llama 'En un abrir y cerrar de ojos', en el que una comisaria de policía integra a un agente que es una inteligencia artificial que ayuda en una investigación policial. ¿Se imaginas trabajando codo con codo con un robot investigador?

- Ahora mismo tenemos sobre la mesa robots colaborativos, es decir, no tenemos robots que trabajan ya de forma aislada. Volvemos a lo de siempre, tratamos siempre de imitar cómo funciona el ser humano en cuanto a la creatividad, pensamiento crítico y cooperación. Ya hay robots que trabajan de forma colaborativa y ahora el siguiente paso es humanos trabajando de forma colaborativa con robots. Hay algunos, como los exoesqueletos, que nos permiten hacer tareas más delicadas, mover cargas importantes de peso o sistemas que nos ayudan, por ejemplo, a una rehabilitación después de una lesión en la espina dorsal. Estos robots sí que nos van a ayudar en el futuro y ya en algunos casos sí están ayudando, sobre todo a través de software, especialmente a la toma de decisiones.

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