Mónica Morillas, en el interior de su taller, aguja en mano. BLANCA RODRÍGUEZ

Mónica Morillas, la aguja al pie del escenario de los Goya

Esta exjefa de compras redescubrió su vocación hace cinco años y estará al quite por si se abre un bajo, se cae un botón o salta algún punto de las 'celebrities'

Miércoles, 5 de febrero 2025

A la granadina del Zaidín Mónica Morillas, el próximo sábado se le va a poner delante un envite que no esperaba. Fue el pasado 17 de enero cuando sonó el teléfono. Estaba en una reunión en la Confederación de Empresarios. Solo dijo «le llamo más ... tarde», y más tarde, llamó. Lo que escuchó al otro lado de la línea la dejó impactada: iba a ser 'la aguja' al pie del escenario de los Goya, preparada para hacer una labor de urgencia si era necesaria en cualquiera de los atuendos de presentadores o premiados. Entre bambalinas, su papel, en una gala que vive esencialmente de la imagen, será tan importante como la de los doctores que tratarán alguna posible taquicardia por los nervios, consustanciales a la profesión de artista. Ganadora de un concurso de emprendimiento organizado por Cruz Roja e integrante del Programa Incorpora de Fundación 'la Caixa', sabe lo que es ganarse la vida contra viento y marea, ya que tras ser jefa de compras de una importante empresa granadina se reinventó y hoy se ha convertido en una diseñadora de moda flamenca que con su marca Monae se ha hecho un nombre en un sector muy competitivo.

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La diseñadora, que tiene su atelier en una localidad del cinturón, está tranquila porque conoce muy bien su trabajo y ha mostrado su pericia con mucha luz y muchos focos en el programa de Canal Sur 'Aguja flamenca', en el cual se codeó con grandes nombres del sector como Juana Martín o Mario Niebla, y donde hizo un destacado papel. A coser aprendió en casa, de manos de su madre, modista desde siempre como su abuela, quien le pidió de todas las maneras posibles que no siguiera su camino. La vida le llevó a desobedecerla, pero hoy por hoy no le pesa. Lo del flamenco y el «artisteo», como dice ella misma, le viene de su padre, José Antonio Morillas 'Gazpacho', fundador del grupo Triana y uno de los clásicos de la música andaluza.

«Durante la pandemia, muchas personas que sabían coser hacían mascarillas. Yo hacía mascarillas y vestidos de flamenca», recuerda. Se formó en Estación Diseño y Escuela de Arte Granada, y ha realizado cursos en el Instituto Balenciaga de Guetaria, aunque ha cosido, confiesa, toda su vida, para sí misma, para la familia y para algunas amigas. Los parámetros en que actualmente se mueven sus creaciones son fruto de una experimentación constante y una feroz independencia, embutida en un traje de neopreno para que las críticas le resbalen. «De mi trabajo me gusta todo, desde el diseño hasta el patronaje y la costura propiamente dicha», dice. Sobre su especialización en la esfera flamenca, asegura que esta permite un desarrollo creativo sin límites, mucho más allá del percal, los volantes y los lunares tradicionales. De hecho, una de sus inspiraciones es, precisamente, el cine. «He creado trajes inspirados en la película 'Kill Bill' de Tarantino o en el personaje de Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes' de Blake Edwards», dice.

«Lo normal es que salte una cremallera, un bajo de un pantalón se salga, un tirante se suelte o haya que pegar un botón», dice

Desde que recibiera la llamada de la Academia, ha comenzado a prepararse. «Estaré en el Palacio de Congresos desde las seis de la tarde, aproximadamente, hasta la madrugada», afirma. «Me llevaré una máquina de coser portátil, hilo de todos los colores, botones de chaqueta, un buen surtido de imperdibles, agujas enhebradas, una miniplancha por si hay que repasar alguna prenda, cinta de doble cara y de biés por si hay que apretar algún escote o pegar algo y alfileres, en una maletita», añade. La experiencia dicta que los arreglos más habituales en este tipo de eventos son que se abra el bajo de un pantalón, que una cremallera salte, que un tirante se suelte o que un botón se despegue, pero todo es posible. Por tanto, lo que de ella se solicita es agilidad, destreza y capacidad resolutiva.

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Requisitos

Al margen de todo lo que supone estar presente en un evento así, el papeleo no es baladí. Ha tenido que seguir un curso de prevención de riesgos laborales y aportar un certificado de estar libre de todo tipo de antecedentes de carácter penal. Una prueba sobre el terreno revela que es capaz de arreglar un bajo –de urgencia, lo deja claro– en apenas dos minutos, y en coser un botón, cronómetro en mano, incluso menos. «En una gala de estas características, hay quien puede pensar que quienes van a necesitar de arreglos van a ser las mujeres, pero Mónica Morillas espera a algún que otro hombre, «porque a veces son un poco más descuidadillos», dice con humor.

Después de lo visto en las últimas galas relacionadas con el cine, como los Premio Feroz o los Carmen, en la gala habrá lentejuelas, mucho color negro, y vestidos con transparencias, realizadas con tejidos de muy difícil arreglo inmediato. «Tules y mallas son casi imposibles de reparar en el momento», reconoce. «Trataré de llevar hilo transparente e intentar arreglar lo que pueda, si me enfrento a una situación con este tipo de tejidos implicados», señala. En cuanto a su atuendo, irá completamente de negro, con un esmoquin y una camisa, «para pasar lo más desapercibida posible».

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Para la diseñadora, no será ni mucho menos el primer contacto con el mundo del cine, ya que incluso ha participado como actriz en algunos cortometrajes, y ha realizado diseños para varios de ellos. También es la autora de los figurines que usan los actores en las visitas teatralizadas por miradores emblemáticos de la capital, que organiza la empresa Descubriendo Granada.

No ha tenido mucho tiempo de pararse, porque en el día a día, Morillas continúa con sus compromisos. El próximo, a finales del mes de marzo, cuando desfilará en Pasarela Flamenca Granada, un evento que tendrá lugar en el Carmen de los Mártires. Más allá del sábado, la vida seguirá, pero la experiencia que viva en el Palacio, será un buen recuerdo para ella, seguro.

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