La muerte de Evita y el macabro viaje de su cadáver
AQUEL VERANO DE 1952 ·
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Abanderada de los más humildes, querida y odiada a la vez, un fulminante cáncer de útero fue lo único que pudo con Eva Perón que murió el 26 de julio de 1952 a la edad de 33 años.
La primera dama de Argentina, fue la segunda esposa de Juan Domingo Perón con quien se casó a la edad de 26 años. Evita, puso rostro a la lucha contra las desigualdades sociales. Cuentan que en su visita a España en junio de 1947, repartía propinas de billetes de cien pesetas entre los pobres que se acercababan a conocerla.
Lo que muchos desconocen es que la madre de los 'descamisados' tardaría mucho tiempo en descansar en paz. Apenas expiró, se procedió a embalsamar su cadáver una tarea que llevó más de un año de trabajo. Mientras, los antiperonistas pusieron fin al mandato de su marido que acabó en el exilio. Temerosos de que el cadáver de Evita se tomara como un símbolo de sus enemigos políticos, decidieron que desapareciera. Hicieron pasar el cuerpo por el de una viuda italiana y lo embarcaron con destino a Milán.
Perón residía en Madrid cuando pudo por fin conseguir el cuerpo de su esposa. Tenía varios cortes por todo su cuerpo y sus dedos había sido amputado como si se tratara de reliquias de una santa, incluso la cultura popular cuenta que se celebraban sesiones esotéricas con la tercera esposa del general para transmitirle el poder y la personalidad de Evita.
En 1976 la Junta Militar de Argentina entregó el cuerpo a la familia Duarte. Evita descansaba en Buenos Aires 19 años más tarde de su muerte.
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