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La montaña es mágica para Thomas Mann y médica para el proyecto de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP). Joan Carles March le da la vuelta a la novela de Thomas Mann, y sus Hans Castorp sanan en las alturas o, al menos, aprenden no solo a convivir con su enfermedad crónica sino que se superan al llegar a las cimas y la experiencia les sirve para avanzar día a día y pasar por encima de las barreras que generan sus enfermedades. «Que no nos limite la vida nuestra capacidad. Simplemente, nos la condiciona», comparte Dani, invidente tras sufrir dos infartos cerebrales y que el sábado coronó entre sudor y aplausos el Mulhacén, la cumbre más alta de la Península, dentro del proyecto '8 Cimas'.
Joan Carles March, profesor de la EASP y coordinador del proyecto '8 Cimas' explica que la idea es subir a la cima más alta de cada provincia andaluza. «Mulhacén es la cuarta. Antes hemos subido pico Bonares en Huelva; el Terril en Sevilla; el Chullo en Almería. Queda ahora la próxima, la Maroma en Málaga, que dicen que es de lo más duro; la Tiñosa en Córdoba, el Torreón en Cádiz, y en Jaén el Pico Mágina».
Respecto a la génesis del proyecto, recuerda que hace unos años invitaron a una persona que presentó su libro, '18 Cimas', que lo había realizado con pacientes con cáncer, muchas de ellas de mama. «Es Javier Campos, de Granada. Tras escucharle tuvimos claro que íbamos a por las ocho cimas andaluzas. Nos lo planteamos y desde este punto, María Ángeles Prieto y yo mismo, que dirigimos la Escuela de Pacientes nos planteamos el objetivo».
El siguiente paso fue ponerse en contacto con Antonio Hermoso, paciente y presidente de la Asociación de Ostomizado de Granada y de la de Colitis Ulcerosa. «Es montañero. Y con él hemos diseñado el proyecto». Respecto a los pacientes, buscaron diferentes patologías. Parkinson, esclerosis múltiple, cáncer de colon, cáncer de mama, invidentes, con ileostomía. Hay pacientes con patología mental, con diabetes, fibromialgia, trasplantados de hígado, o de riñón que va con su hermana que le donó el riñón. Hay también una persona que en enero de 2022 padeció un infarto de miocardio, otras con asma, colitis ulcerosa o con enfermedad de Chron.
Las sensaciones que deja el proyecto '8 Cimas' son únicas. «Creo que hace más grande a la Escuela Andaluza de Salud Pública a través de uno de sus proyectos más importantes, más ciudadano, que es la Escuela de Pacientes. Porque además, explica Joan Carles March, está organizado con las asociaciones de pacientes». Esta característica les hace pro tanto ser un proyecto que no está en las nubes, «sino que los pacientes viven el proyecto, es de ellos, de las asociaciones, de los pacientes».
Maribel padece colitis ulcerosa y tiene practicada una ileostomía. Cuenta lo que supone coronar el Mulhacén. «La ruta es dura, pero con el compañerismo que tenemos se lleva bien». Salieron el sábado a las siete de la mañana de Granada a Capileira. A las 10.30 h. tomaron el autobús hasta el Alto del Chorrillo. Allí comenzó la ascensión. «Tenía mucha ilusión de hacer el Mulhacén. Había estado en el Veleta, y desde una semana antes estaba completamente entusiasmada».
Otra experiencia es la de Eva María Sánchez Capilla, psicóloga en ejercicio, operada por un cáncer de mama. Explica la importancia del proyecto. «Hay una variante más que la simplemente personal. Se trata del hecho de visibilizar que la gente vea que puedes superarte. No es subir una montaña, subir al Mulhacén. Se trata de superar día a día lo que va surgiendo en tu vida. A veces, esos problemas a la gente se les hace una montaña. Pero podemos superar los problemas cotidianos y también subir el Mulhacén».
Las sensaciones de Belén, enfermera en el 061 operada de cáncer de colon fueron el mejor regalo de su cumpleaños. «Me dieron una sorpresa tremenda. Estábamos cenando en el refugio del Poqueira tras descender del Mulhacén. De pronto se apagaron las luces y aparecieron con unas tartas con unas velas y me cantaron el cumpleaños feliz. Fue emocionante».
–¿Qué lección has aprendido?
–He aprendido que no hay que ponerse límites. Que muchas veces nosotros mismos nos juzgamos de forma que nos perdemos muchas cosas de la vida. Gracias a este proyecto descubro momentos maravillosos, me transmiten ganas de vivir pese a las dificultades que tenemos por la enfermedad. En las rutas nos esperamos en el camino y llegamos todos juntos. Es la ilusión por vivir.
Otro de los integrantes del grupo es Dani, que quedó invidente tras dos infartos cerebrales. Sulección de vida es para apuntarla en un buen lugar del corazón. «Cuando me lo propusieron ni me lo pensé y gracias al equipo que hemos formado, que para mí es una familia, se logra». «Siempre están para apoyarte, puedes contar con ellos y te sacan una sonrisa. Con su ayuda y mi fuerza de voluntad he conseguido subir al Mulhacén. Es una experiencia inolvidable».
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