El pasado lunes Juanma Moreno reunió a los presidentes y secretarios provinciales en Córdoba. Allí sellaron un pacto «tácito» -dice uno de los presentes- para no posicionarse con ninguno de los candidatos a las primarias hasta que no se defina el panorama tras la primera ... vuelta del 5 de julio. Otro de los asistentes estrecha sus manos para escenificar el momento en el que se confabularon tras el almuerzo en la ciudad del califato. Pero sucede que ni el acuerdo fue silencioso -se conoció acto seguido- ni todos los presentes guardaron la misma cautela. Horas después, el presidente provincial de Huelva mostraba su apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría y le siguió su homóloga de Sevilla. Significativo fue que, el jueves, el presidente malagueño y portavoz del partido en Andalucía, Elías Bendodo, hiciera lo mismo. A nadie se escapa que ésta es también la opción del propio Juanma Moreno -y de Javier Arenas, que por ahí sigue-.
Por exclusión, las provincias que no han destapado sus cartas es porque no comparten al cien por cien el color de los naipes al descubierto. Entre ellas, Granada, donde no ha sentado bien -y así se ha hecho saber a la cúpula regional- la anticipación de algunas agrupaciones en contra de lo acordado.
El PP granadino celebró su consejo de dirección el miércoles -por la mañana, que por la tarde jugaba la selección española-. Y el mensaje que trasladó Sebastián Pérez fue en la línea de lo hablado en Córdoba: que nadie del aparato se mueva hasta el 5 de julio. Desde la sede no se han mandado oficialmente avales. Dicen que algún sector crítico, a título individual, ha enviado firmas a José Manuel García Margallo.
Se impone la neutralidad táctica, aunque hay preferencias. Algunos cargos institucionales seguirán las indicaciones de Juanma Moreno: «Por lealtad», justifica el más representativo. Y en el entorno de la dirección provincial hay predilección por María Dolores de Cospedal, sin descartar el recorrido que pueda tener Pablo Casado.
Andalucía, partida en dos
«Este es un congreso de presidentes provinciales», resume un militante granadino. Las llamadas en los últimos días se han multiplicado. El aparato no puede controlar al milímetro el sentido de las papeletas que los militante depositen en las urnas. Pero sí tiene gran influencia sobre el número de compromisarios que finalmente participen en el congreso de Madrid los días 20 y 21 de julio.
La provincia de Granada cuenta -entre electos y natos- con unos 75 representantes. Alrededor de un 15% de todos los votos que aportará Andalucía. Por eso es tan relevante la posición que adopte la dirección provincial. Sobre todo, sin no coincide -como parece- con la directriz que marque Juanma Moreno.
«Se van a producir grietas en Andalucía», vaticina un dirigente local. «Nosotros somos un partido piramidal, no estamos acostumbrados a estos procesos», apunta otro. Algunos interpretan estas primarias en clave regional, como un capítulo más del enfrentamiento entre Javier Arenas y María Dolores de Cospedal.
El sorprendente jefe de campaña
Las primarias han devuelto a la actualidad a militantes que tantas veces salvaron esta crónica dominical con sus peripecias.
Cuenta una dirigente del PP de otra provincia cercana que recientemente recibió la llamada de un compañero granadino que le solicitaba ayuda para organizar un acto de José Manuel García Margallo en su ciudad. Preguntado por su implicación, se identificó como el jefe de campaña de Margallo en Andalucía; al menos, hasta que surja otro.
Han visto en Margallo la alternativa de la 'ilusión' para el PP.
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