El compositor y pianista motrileño. PACO FERNÁNDEZ
«De niño quería ser pasajero de tren, pero ahora me he cansado de viajar»
Pues no estamos tan mal | Juan Carlos Garvayo, pianista ·
El pianista motrileño ha llevado su música por medio mundo deja la maleta en vacaciones y se refugia en casa para componer, escribir poemas y relajarse
Martes, 24 de agosto 2021
«De niño quería ser pasajero de tren, pero ahora me he cansado de viajar»
Juan Carlos Garvayo (51 años) es profeta en su tierra. El pianista, compositor y director de orquesta granadino ha llevado su música, como solista y como miembro del prestigioso Trío Arbós, por medio mundo. En vacaciones se refugia en su casa, situada en la sierra de Madrid, pero no se olvida de la Playa de Poniente, a la que podrá volver en septiembre cuando arranque el festival Música Sur de Motril, su ciudad, que siempre le recibe con los brazos abiertos.
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–Juan Carlos, ¿cuál fue el peor verano de tu vida?
–Bueno, recuerdo una gira veraniega por el hemisferio Sur. La gira fue una maravilla, pero como verano fue espantoso. ¡Había que llevar bufanda en pleno mes de agosto!
–Imagino que, como casi todos los músicos, habrá tenido que tocar en chiringuitos, verbenas y festivales veraniegos...
–A las ferias no voy, detesto el barullo y el ruido. A los chiringuitos de mi tierra, que son los mejores del mundo, sí que voy pero a comer. Por supuesto que sigo actuando en festivales de verano. Este año he actuado en bastantes, entre ellos el magnifico Festival Internacional de Música y Danza de Granada. Todo un privilegio.
–¿Qué hará estas vacaciones?
–Como viajo mucho durante todo el año, en verano me gusta pasar el máximo tiempo posible en mi casa. Afortunadamente, vivo en la Sierra de Madrid rodeado de naturaleza y bosque. Es un lugar, tranquilo y fresco para relajarse y combatir los calores propios de esta época del año. Si te digo la verdad, este tiempo libre lo voy a dedicar también a cortar con mi motosierra todas las ramas y troncos que se cayeron en la finca y alrededores durante el temporal de Filomena.
–¿Empleará también el tiempo libre para avanzar en sus proyectos?
–Sí. Para mi los días libres de verano son una oportunidad magnífica para reflexionar, terminar proyectos, comenzar con otros nuevos... tengo tantas cosas en cartera que es un época que disfruto al máximo. Estar en mi casa, un lugar tranquilo, haciendo lo que más me gusta, que además coincide con mi profesión, es para mi la situación perfecta.
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–¿Qué se trae entre manos?
–Estamos ultimando los preparativos para el Festival Música Sur de Motril, que tendrá lugar en septiembre, Además de eso, estudio el nuevo repertorio para mis conciertos de la temporada que viene, que son bastantes. También trato de terminar un poemario y escribir nueva música.
–Volverá pronto a Motril. ¿Cómo eran los veranos de su infancia?
–Fueron maravillosos. Llevo siempre mi tierra. Los veranos de mi infancia en Motril entre la Playa de Poniente, Torrenueva Costa y Carchuna han tenido más influencia en la persona que soy hoy en día que cualquier otra cosa que haya experimentado en mi vida. Los veranos de aquí me enseñaron a descifrar el mar, el cielo y un poco también lo que vivimos en la tierra. Motril es un paraíso. En el paraíso se disfruta todo lo que nos falta habitualmente. El que vaya a Motril solo tiene que pedir y le será dado con la mayor calidad.
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–¿Se queda con la playa granadina o con la sierra madrileña?
–Me quedo con la tranquilidad y la mejor compañía. Todo me vale, como si es la tundra o el desierto.
–Está cansado de viajar, pero ¿hay algún viaje que recuerde con cariño?
–Elijo mi viaje de estudios a Galicia y Portugal.Después he viajado mucho por todo el mundo, pero ese viaje fue el mejor. Sin lugar a dudas.
–¿Tiene algún destino pendiente?
–Yo de niño quería ser pasajero de profesión. Me veía a mi mismo sentado en un tren mirando por la ventana. Hoy en día ya me da mucha pereza viajar, aunque no tengo más remedio que hacerlo constantemente por mi profesión. Aún así, me sigo preguntando si el centro de la tierra es como lo describe Julio Verne. No me importaría ir allí.
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–Hablando de Verne, ¿qué libro recomienda para el verano?
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