Granada

Los niños del Materno bailan con Crispyn y sus amigos en el Día del Padre

En la sala de espera, una docena de familias hacían tiempo hasta que comenzara el espectáculo. Estaban emocionadas porque Crispyn y sus amigos habían ido de visita, además, en una fecha señalada, el 19 de marzo, Día del Padre. Algunos de los peques del Materno, de hecho, tuvieron la suerte de compartir esta experiencia con los suyos. Agarrados de su mano o sentados en su regazo, dieron la bienvenida a sus nuevos amigos mientras una música animada envolvía la estancia.

Crispyn, que estaba jugando en el parque, llegó corriendo, deseoso de conocer a los niños ingresados. Con ellos compartió cómo se sentía. «A la profesora de Matemáticas no le hagáis caso porque me tiene manía, por eso me ha suspendido», espetó. «Es que mi madre me obliga a comer cinco piezas de fruta al día», se quejó. Sus amigos, sin embargo, no estaban de acuerdo con sus palabras, así que con bailes, juegos y canciones explicaron a los peques que «usar el móvil y el ordenador está bien, pero solo a ratitos; es mejor leer».

«Yo tengo un cuerpo y lo voy a mover»; «Hay que comer cinco piezas de fruta al día»; «Tenéis que estudiar y sacar buenas notas en el cole», fueron algunos de sus mensajes. También que reírse es bueno para la salud. Fue la gran lección de Angely, una criatura rosa que recuerda al famoso Stitch y que tiene muchas, muchas cosquillas. Y llegó el ratón Chocolate, dispuesto a regañar al niño que no se hubiera lavado los dientes. Al ritmo de 'Susanita tiene un ratón', lo dejó claro: «El chocolate, el turrón y las bolitas de anís, mejor a poquitos, que el azúcar estropea los dientes».

Desde su silla, agarrada a la bomba de suero, Elena miraba a todos los personajes ensimismada. Tiene cinco años y lleva una semana hospitalizada en el Materno Infantil de Granada. Una malformación en la tráquea la empujó al quirófano, la operación se complicó y hubo momentos de «mucho susto», según su madre, Tere. Por suerte, la pequeña está recuperándose y este martes pudo disfrutarlo haciendo lo que más le gusta, que es cantar y bailar. Pronto, Elena volverá a casa.

Si Crispyn y sus amigos pudieron visitar este martes a Elena y otros niños del Hospital Materno Infantil de Granada fue gracias a Luis Díaz, un almeriense natural de Pulpí que se dedica al mundo del espectáculo. Le diagnosticaron un cáncer de estómago y esófago y le dieron un mes de vida, pero él no se rindió. Pidió diversas opiniones y, finalmente, encontró en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves lo que estaba buscando: esperanza.

Como él suele decir, los astros se alinearon y el destino puso en su camino a las cinco cirujanas de Granada que le salvaron la vida. Ellas han hecho posible que un año y medio después, contra todo pronóstico, Luis siga vivo. Por eso, este 19 de marzo, el artista quiso acercar a todos los niños hospitalizados su musical infantil 'Crispyn y sus amigos', en señal de un agradecimiento «inmenso» a todos los sanitarios del Virgen de las Nieves. Y, sobre todo, para enseñar a los peques que «a la vida, incluso desde el hospital, hay que ponerle un poquito de sonrisa».