Como en toda elección, la atención parece centrada en los nombres, en el «quién», quién será la persona elegida para la secretaría general. Sin embargo, estoy convencido de que no es la cuestión esencial. El debate que debemos afrontar es: el «para qué». ¿Para qué ... liderar el PSOE de Granada? ¿Qué necesidades tiene la provincia y cuáles son las respuestas que aporta el PSOE?
El proceso andaluz nos da una gran lección, cuando María Jesús Montero asumió la secretaría general del PSOE de Andalucía, el cambio no fue simplemente su nombre. El verdadero cambio fue el impulso que unió a toda la organización: un PSOE ganador, que gobierne para transformar la vida de la gente. En la provincia de Granada, la cuestión es la misma, un PSOE ganador, que desde las instituciones transforman la sociedad con valores socialistas. Como lo hace el Gobierno de España de Pedro Sánchez, como lo demuestra día a día nuestra militancia, los alcaldes, alcaldesas y concejales en cada rincón de Granada.
Este partido ha tenido en los últimos años un liderazgo cercano, responsable y comprometido con Pepe Entrena al frente. Desde 2017, ha guiado al PSOE de Granada en momentos difíciles, desde la unidad y, sobre todo, con una lealtad inquebrantable a nuestro partido. Es de justicia reconocer su trabajo realizado estos años.
Nuestra provincia es víctima de los gobiernos del PP. El gobierno de Moreno Bonilla, está desmontado los pilares del estado del bienestar, deteriorando la educación, colapsando la sanidad pública, despreciando el sistema universitario y abandonando a las personas dependientes. En Granada, el PP es un alumno aventajado, sumiso y silente. Está haciendo de las instituciones un instrumento de sus intereses partidistas. La Diputación provincial, lejos de ser un escudo para los municipios, se ha convertido en una herramienta arbitraria al servicio del PP. La hipocresía del PP de Granada es total, gobierna contra los intereses de nuestros ciudadanos y ciudadanas. El desmantelamiento de la Escuela de Salud Pública, el escandaloso menosprecio al Parque de las Ciencias o el arbitrario reparto de los fondos de la administración provincial, son algunos ejemplos.
El PP es implacable en la defensa de intereses ajenos a Granada y empeora cuando coincide con los espurios intereses de sus dirigentes. A todo esto, el PSOE responde con un trabajo serio y responsable en el que hay que insistir. Hay que ser implacables en la defensa de Granada y su posición nacional en educación, sanidad, cultura, desarrollo económico y en todo lo que nos distingue.
La futura dirección provincial debe tener un objetivo claro: ser la primera fuerza política en todas las elecciones, recuperar la Diputación y gobernar en todos y cada uno de los municipios de nuestra provincia. Con una dirección con un rumbo claro y definido, podremos dar respuesta a los desafíos que enfrentamos. El PSOE tiene la responsabilidad histórica de ofrecer una alternativa sólida, coherente y, sobre todo, unida. Unidad no significa uniformidad, sino un propósito común. La militancia es la base de nuestro partido, día a día defienden los valores socialistas en sus municipios, a menudo en soledad. Ellos y ellas necesitan saber que no están solos, que hay un proyecto colectivo que les respalda y que su esfuerzo diario forma parte de un engranaje mayor.
Este proyecto no puede limitarse a la inmediatez o a plazos electorales, Granada necesita un PSOE que piense a largo plazo. Necesitamos un PSOE que asegure un modelo emancipador, donde el acceso a la vivienda sea un derecho y no un privilegio, donde el feminismo no sea una consigna sino una política real, donde el medioambiente sea un eje vertebrador del desarrollo y donde la lucha contra la despoblación de las zonas rurales sea una prioridad absoluta.
No podemos permitir que el código postal de una persona determine su acceso a oportunidades. Granada debe ser una provincia donde el ascensor social funcione, donde cada persona tenga garantizados sus derechos sin importar en qué municipio que viva. Esa es la esencia del PSOE, la esencia del socialismo luchador que ha transformado España, Andalucía y que debe seguir transformando Granada.
Es el momento de pensar en el «para qué», de dejar a un lado los nombres en singular y empezar a hablar de un proyecto compartido de transformación social. Granada necesita un PSOE fuerte, unido y con ambición de futuro. Ese es el verdadero reto al que nos enfrentamos. No es el quién, es el para qué. Y la respuesta debe ser clara: para transformar Granada, para construir una provincia mejor y para devolverle a su gente el futuro que merece.
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