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Agentes de la Guardia Civil cortan plantas de marihuana. PEPE MARÍN (ARCHIVO)
La nueva crisis, más abono para la 'maría' en Granada

Si la crisis económica dura habrá gente en Granada que buscará la salida de la maría

Paro ·

El anterior 'crack' provocó un trasvase de desempleados al negocio del cannabis en Granada. Los expertos temen que la historia se repita

Carlos Morán

Granada

Lunes, 25 de mayo 2020

La marihuana es inmune al coronavirus. Mientras la pandemia siega vidas, la planta crece lozana en los montes de la Alpujarra o en decenas de viviendas de las ciudades y pueblos de Granada convertidas en invernaderos intensivos. Es una estampa surrealista y demoledora. La industria de la 'maría', pese a quien pese, un pilar económico de la provincia, ha continuado funcionando durante la cuarentena. Es verdad que era mucho más complicado ponerla en el mercado por las extremas restricciones para la circulación, pero los 'huertos' que producen la materia prima se han mantenido activos. La prueba es que las fuerzas de seguridad han seguido asestando golpes a los narcos. «Hemos notado que, durante este periodo de confinamiento, este tipo de delitos no ha parado, ni ha descendido la actividad delictiva del tráfico de drogas», confirma Ana Villagómez, fiscal delegada Antidroga en Andalucía.

El negocio es el negocio y ha sorteado las incertidumbres y los obstáculos derivados de la Covid-19. Esa es la realidad, el presente. ¿Cómo será el futuro? El mundo ya está metido de lleno en una nueva crisis económica con el problema añadido de que ha llegado sin un manual de instrucciones. No es un 'crack' al uso. El causante es un virus muy contagioso y con una capacidad asombrosa para colapsar los sistemas de salud, lo que, a su vez, supone también poner en jaque a toda la sociedad.

El anterior derrumbe tuvo su origen en los bancos, en la creencia absurda de que el crecimiento es infinito... hasta que dejó de serlo y descargó una tormenta de ruina. El 'mercado', convertido en una nueva religión, se fue entonces al garete.

En España y en Granada fue el sector de la construcción el que se llevó la peor parte. Decenas de miles de trabajadores perdieron su empleo de la noche a la mañana y urbanizaciones enteras no pasaron de los cimientos. No existe una estadística oficial, porque no puede haberla, pero una parte de esos parados se agarró al 'salvavidas' de la marihuana y las plantaciones comenzaron a multiplicarse por toda la provincia. Se juntó el hambre con las ganas de comer.

«El tema económico no fue el único factor que influyó. También estaba la baja penalidad que tiene el tráfico de la marihuana, por ejemplo», recuerda un oficial de la Guardia Civil de Granada que es experto en la lucha contra el narcotráfico y conoce a la perfección todas las entrañas del negocio de la 'maría'. Llegados a este punto, la pregunta es más pertinente todavía: ¿Cómo será el futuro de la 'narco-industria' del cannabis? ¿Aumentará la mano de obra por el parón obligado del sector de la hostelería? ¿Será la nueva crisis más abono para la 'maría' de Granada, por cierto, una de las más cotizadas de Europa?

«La verdad es que no lo sé. Supongo que, ante la crisis, habrá gente que pueda considerar esa posibilidad. Habrá que ver los índices de criminalidad dentro de unos meses», opina la fiscal Antidroga de Andalucía.

Para el especialista de la Guardia Civil, cuerpo que mantiene un combate implacable y continuo contra los 'narco-huertos', el 'trasvase' de desempleados al cártel de la marihuana «dependerá de la duración de la crisis». En este sentido, precisa que, si hay una vacuna en los próximos meses o la cifra de contagios se reduce a su mínima expresión, es más dudoso que la economía ilegal se imponga a la legal. Pero si no es así, ve probable que haya personas que busquen «esa salida», una eventualidad que, a su vez, impulsaría aún más el 'mercado' de la 'maría' granadina. «Eso sería un daño importante», reconoce.

El oficial del instituto armado coincide con la fiscal Antidroga de Andalucía en que la pandemia no cerrado las 'fábricas' de cannabis. «Los cultivos de interior producen cuatro cosechas al año y siguen estando activos. Funcionan como si fueran una 'cooperativa' que reúne a cientos de productores que trabajan con distintos intermediarios. Y por encima de todos ellos está el jefe de la organización», detalla el miembro de la Benemérita.

El cura de La Paz

Mario Picazo es el párroco del barrio de La Paz, en la zona norte de la capital granadina, uno de los más azotados por el paro de toda la ciudad. También es un hombre que habla sin tapujos. En varias ocasiones, se ha mostrado partidario de la legalización de la 'maría' para evitar la violencia y acabar con las mafias. «No justifico nada, pero tampoco juzgo», señala.

Mario tiene claro que la marihuana volverá a ser el refugio de las nuevas víctimas de la nueva crisis, valga la redundancia. «La otra vez fue lo que evitó un estallido social. El cultivo de 'maría' es una solución malsana para una situación malsana. Ojalá me equivoque, pero viene una crisis gorda y va a volver a ocurrir. No es bueno ni positivo, pero es que hay gente a la que no le queda más remedio que recurrir a la 'maría'», razona el religioso.

Lo malo, agrega Picazo, es que la droga genera adicción... al dinero fácil y sucio. «Me encuentro con vecinos que me comentan: 'Mi hijo dice que soy un capullo porque trabajo'. El chico tiene 18 años y está en casa con los brazos cruzados esperando para empezar en la 'maría'». Y para esta enfermedad tampoco hay vacuna.

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