La nueva y flamante pastelería junto al río Genil que trae sus 'soletes' a Granada

Alberto Flores

Granada

Lunes, 31 de marzo 2025, 10:55 | Actualizado 12:19h.

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Flamente apertura. Pastelería y repostería de calidad, cercana y 100% artesana con la que ofrecen momentos únicos a sus clientes. Ese podría ser un resumen sobre qué es Sol y Canela, un obrador de pastelería recién llegado a Granada que desde mediados de marzo está conquistando a través del paladar a todos los granadinos que prueban sus elaboraciones.

Llevan en el número 6 de la calle Ribera del Genil desde el pasado 12 de marzo, momento Celeste Cárdenas y Juan de Dios García, propietarios del negocio, pudieron al fin materializar su sueño de tener su propia pastelería en la ciudad. «Desde pequeña me encanta la repostería y siempre he trabajado en obradores, pero llegó un punto en el que tenía la necesidad de montar mi propia pastelería», cuenta a IDEAL Celeste, que reconoce que era su sueño «desde siempre».

Juan de Dios también es pastelero, de hecho conoció a Celeste, que es su pareja, estudiando Pastelería en la Escuela de Hostelería y Turismo. Y después de mucho esfuerzo por parte de los dos, «las cosas se alinearon» y pudieron hacer realidad Sol y Canela. «Hemos creado una pastelería 100% artesanal, con ingredientes naturales y un trato muy cercano centrado en cuidar al cliente», cuentan los reposteros sobre su obrador.

Desde su apertura, llegan cada día a las seis de la mañana para comenzar a preparar todos los dulces que van a vender durante la jornada. «Queremos que el producto siempre sea fresco y del día, así que vamos horneando todo para que los clientes se lo lleven recién hecho». En cuanto a su oferta, elaboran dulces de todo tipo: rollos de canela, galletas, diferentes piezas de bollería, tartas… Pero si hay una estrella en Sol y Canela son los soletes, un dulce que es la imagen del negocio.

«Es una pieza de bollería hecha con masa madre y pepitas de chocolate. Un dulce que recuerda a la infancia, a las cosas pequeñas que nos hacían felices», explican Celeste y Juan de Dios. Y lo ofrecen en dos variedades: por un lado el solete clásico, que no lleva lactosa; y por otro una versión «más dulcera», que va rellena de crema de chocolate con avellanas. «Es algo tierno, sencillo y, a la vez, elegante. Gusta a todo el mundo».

Sobre cómo han sido los primeros días desde su apertura, los reposteros comentan que la acogida ha sido «muy buena». «Nos llena el corazón que haya gente que ha probado nuestras elaboraciones y vuelven a por más. Nos dicen que les hemos creado adicción con nuestros soletes y galletas», detallan. Y la idea de cara al futuro no es otra que la de asentarse como pastelería y poco a poco ofrecer más cosas. «Nos gustaría dar talleres y traer cosas nuevas. Por ejemplo, en Semana Santa haremos torrijas y leche frita sin lactosa, además de torrijas más especiales. La idea es ir por esa línea», finalizan.