La norma se justifica en el marco de la lucha contra la actividad terrorista y el crimen organizado, pero por más que los fines sean loables en el fondo, las formas traen de cabeza a todo el sector turístico nacional y el granadino no es ... una excepción. La gran batalla que han plantado los hoteles y agencias de viajes contra el nuevo registro de hospedaje y alquiler de vehículos, con amenaza incluida de llevarlo a los tribunales, no ha servido de nada y desde este lunes está en vigor la nueva normativa que obliga a un exhaustivo registro documental de los viajeros que se alojen en establecimientos hoteleros, contraten un viaje en una agencia o alquilen un coche. Las recepciones tienen que recabar hasta 42 datos de los clientes y de las reservas, frente al trámite anterior que pasaba por escanear un DNI y remitir los datos al Gobierno.
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Incumplir la nueva obligación conlleva multas de hasta 30.000 euros y aunque el sector «siempre ha sido extremadamente colaborador con las fuerzas de seguridad», según explica el presidente de la Federación provincial de Turismo, Gregorio García, ahora se siente impotente ante el caos que se está generando ya en las recepciones y muestra su malestar por la inseguridad e incertidumbre que le provoca la gestión de unos datos privados que deben quedar protegidos.
«Es una elevada carga de burocrática que provoca la pérdida de competitividad de nuestras empresas y les genera incertidumbre. Todos estamos de acuerdo en la importancia de la seguridad, pero apelamos al sentido común», advierte García.
El teléfono de la Federación Provincial de Hostelería y Turismo ardió en estos dos primeros días con las consultas de los asociados, planteando sus dudas, su cabreo e inquietud ante una normativa que se ven incapaces de cumplir sin que afecte al normal funcionamiento de los negocios.
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De hecho, ayer martes el nuevo registro de viajeros ya provocó las primeras colas en recepciones como la del hotel Anacapri, con 50 habitaciones en el centro de Granada.
«El lunes no funcionó la plataforma en todo el día, teníamos unos nervios... Nosotros gestionamos el check in a través de un programa de hostelería que escanea el documento de identidad y transmite de forma automática los datos. Ahora tenemos que pedir de forma manual datos de forma exhaustiva, incluida la forma de pago que nunca preguntábamos porque no cobramos anticipadamente», esgrimía la directora del hotel boutique, Gema Morelló.
Gema Perelló
Directora del Hotel Ana Capri
Digitalizar ese proceso de petición de datos es imposible por el momento y los profesionales no saben cómo hacer «Estamos formando colas en recepción para pedir todos los datos que no lee el pasaporte. Hay que pedir los datos exhaustivos de todos y cada uno de los clientes que se alojan en una habitación, es una falta de operatividad tremenda»
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Más allá del problema que genera en las recepciones la directora insiste en que el nuevo registro les genera dudas y lagunas por su choque con La Ley de Protección de Datos. «¿Y si me hackean el ordenador quien tiene la culpa, yo? ¿Y si los huéspedes se niegan a dar algún dato o te los dan erróneos? Tenemos que seguir luchando porque se revierta esta norma porque es un desastre», lamenta.
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