Es un simulacro. Empieza así. Son las diez de la mañana del diecinueve de abril del año 2023. Hace 24 grados de temperatura y se espera por la noche una mínima de 11 grados. Primavera granadina en su plena madurez. Es miércoles. El enjambre sísmico ha vuelto a visitar Granada dos años y medio después. La población está tranquila pero alerta. Hay memoria y hay experiencia. Las localidades de la Vega como Atarfe, Santa Fe y Chauchina reviven los peores momentos de los temblores con la vecindad de calle por las noches.
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El simulacro continúa. En la ciudad de la Alhambra, los menos desmemoriados todavía recuerdan que los temblores afectaron a la Catedral de Granada. La Vieja Dama renacentista tuvo entonces que ver cómo parte de sus pináculos tenían que ser reforzados por las grietas que surgieron. Fue la voz de alarma que condujo a la actualización de los protocolos de seguridad de los edificios que forman parte del patrimonio histórico de la ciudad.
La idea era que los servicios de emergencia como la Unidad Militar de Emergencias (UME) o los Bomberos supieran cómo actuar ante un caso como el que contempla el simulacro de este miércoles:un terremoto que afecta a la Catedral de Granada.
La subdelegada del Gobierno en España, Inmaculada López Calahorro; flanqueada por el jefe de Bomberos, Gustavo Molino; y el teniente jefe de la UME, David Mora, están reunidos en la calle Cárcel Baja, junto a la Puerta del Perdón y la de San Jerónimo. Supervisan los trabajos de refuerzo perimetral de las columnas. En la primera puerta, se apuntala un arco de medio punto. En la segunda, se simula su protección, sin cambio de ubicación, de u n elemento decorativo de alto valor. «Es fundamental asegurar la entrada de los efectivos, pero también su salida con los objetos de valor», aseguran.
El simulacro llega a su punto culminante. Se trata del rescate, registro, protección y resguardo en custodia de los bienes patrimoniales de alto valor trasladados desde el interior de la Catedral hasta las carpas ubicadas en la calle Cárcel Baja. Aunque la práctica se realiza con objetos simulados de atrezo, el valor de este ejercicio es fundamental porque la finalidad del simulacro tiene que poder cumplirse. Se trata, ni más ni menos, de que los equipos intervinientes –UME, Bomberos, ayudados por Protección Civil y Policía Local–, desarrollen la capacitación técnica y el nivel de entrenamiento necesarios para garantizar la máxima protección del rico patrimonio histórico y cultural del que es ejemplo relevante la Catedral de Granada.
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El simulacro ha sido efectivo. Militares y bomberos trasladan los elementos artísticos, pasan a la primera carpa y se cataloga, luego se embala y finalmente pasa a una última carpa para su custodia y traslado. La Catedral de Granada está en buenas manos.
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