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Los okupas de la calle Azacayas. Ariel C. Rojas

Los okupas de la calle Azacayas se quedan pese a cumplirse los dos meses que se les dio para irse

«Nos quedamos porque estamos hartos de la privatización irregular de espacios públicos» y para tener un lugar de creación artística «transversal, autogestionada y anticapitalista»

Jueves, 20 de marzo 2025

«La Madriguera se queda». Una joven encapuchada y con gafas de sol acaba de gritar la noticia desde el balcón del primer piso del inmueble okupado de la calle Azacayas.

Son las 16.31 horas del jueves 20 de marzo. Dos meses cumplidos después del pacto negociado in extremis la medianoche del pasado 20 de enero, en el que se concretó una prórroga de dos meses para buscar otra ubicación para su centro social y cultural, tal y como lo denominan, los okupas han decidido quedarse. Llovió mucho durante todo el día 20 de enero, así que quizá no es extraño que toda la negociación haya quedado en papel mojado.

El C. S. O. La Madriguera, Centro Social Okupado, ha emitido una nota de prensa para explicar su decisión. En ella se manifiestan tajantes. «Denunciamos lo sucedido el 20 de enero de 2025 en el que tuvo lugar un acuerdo que consideramos inválido y viciado al estar acordado bajo amenazas, coacciones y extorsión».

Razonan ahora su denuncia: «La propiedad contrató a una empresa que viola derechos fundamentales y nos vimos forzados temiendo por nuestra seguridad a aceptarlo. La situación de estrés, agobio y presión por la que fuimos obligados a aceptar debido a que nos encontrábamos asediados, restringiendo nuestro derecho al libre movimiento».

De paso, se definen como «CSO la Madriguera, colectivo alternativo y autogestionado cultural para y por la ciudadanía de Granada, independientemente de sus medios y orígenes».

Policía en la calle Azacayas. Ariel C. Rojas

También expresan sus reivindicaciones: «Creemos firmemente en la necesidad de un espacio vecinal y de barrio para suplir carencias evidentes en la ciudad; entendiendo su contexto de gran diversidad cultural».

«Nos vimos en la necesidad de crear un espacio o centro cívico de carácter cultural, artístico, social y político donde desarrollar ciertas actividades que el gobierno de esta ciudad olvida y en ciertas ocasiones incluso persigue, como por ejemplo los artistas y artesanos callejeros, los cuales son criminalizados».

Aunque son bastante herméticos sobre quiénes son y cuántos viven en el interior del inmueble, sí publicitan sus actividades y hacen uso de las redes sociales para comunicarlas,

Por ejemplo. «Actualmente en el centro social realizamos talleres permanentes como serigrafía, costura, cabaret y circo, soldadura, construcción, cerámica y dibujo, círculos emocionales y semanalmente tenemos asambleas abiertas donde todos los ciudadanos libremente pueden proponer actividades intermitentes que van cambiando. Algunas de estas han sido clown, comidas populares, debates y eventos por colectivos como radio Alemania o el grupo de mujeres y disidencias del 8M», aseguran.

Por todas estás razones que arguyen, desde las cuatro de esta tarde de jueves se han reunido en la calle Azacayas un centenar de jóvenes que bailan y escuchan música. La calle está cortada y hay un breve dispositivo de la Policía Local en Gran Vía.

La concentración está anunciada de 16 a 20 horas y es de carácter público. «Reivindicaremos la necesidad de este espacio y su permanencia», sentencian.

Fiestuki okupa

Desde los balcones y desde la calle Azacayas, la fiestuki okupa es plan. La Policía Local ha cortado el acceso de vehículos desde Gran Vía y la chavalada está sentada en el suelo o de pie bailando sobre el asfalto. Se han agenciado un altavoz que va encadenando canciones que corean a grito pelado. Desafinan.

Unas diez personas del medio centenar concentrados a la altura del centro social okupado La Madriguera llevan chalecos reflectantes amarillos. Son del servicio de seguridad de La Madriguera, creado para evitar incidentes y mantenerse a salvo. Han repartido octavillas con una serie de normas a seguir para el buen desarrollo de las actividades de esta tarde. Entre los consejos, llaman a ofrecer una resistencia pasiva en caso de cargas policiales y anuncian el nombre de la abogada del colectivo. También reparten octavillas en las que explican los motivos por los que han decidido quedarse y las entregan a los peatones por la Gran Vía.

Sobre las seis de la tarde, desde el balcón, han dado instrucciones al personal para que se siente en el suelo de la calle frente al edificio. Entonces han subido la música y han sacado unos muñecos entre el fervor de los congregados. Parece ser que van a empezar una serie de actuaciones en las que, principalmente, y con marionetas, van a contar la historia de La Madriguera.

«Los que han incumplido el trato son los okupas»

La empresa AMA Desokupa tiene clara la responsabilidad de todo: los okupas. «Los que han incuplido el trato son los okupas. No tienen palabra». Según declaraciones de la persona responsable de esta empresa, los okupas han toreado y mentido a ellos mismos y a los dueños del inmueble. «De hecho, hasta la víspera le decían por Whatsapp que iban a abandonar el inmueble. Así que ahora, la dueña está completamente destrozada». Sobre el futuro de esta situación, AMA Desokupa se mantiene firme: «Vamos a seguir mediando», aunque piensan que los okupas «van a forzar la vía judicial porque es muy lenta».

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