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Sábado, 6 de agosto 2022, 00:50
Alba, David, Arantxa, María o Victoria son una pequeña muestra de los 247 nuevos maestros con plaza que se han preparado en Tecnoszubia durante el último año las oposiciones de maestros en Andalucía, un número que representa el 11% de todas las plazas de la comunidad. Unos apoyados en la modalidad online de la academia, otros presenciales, todos compartían el mismo sueño, el de la estabilidad laboral, y todos lo han conseguido, cuentan, «Gracias al sacrificio y al acompañamiento continuo de una academia que te prepara profesional y personalmente para unas pruebas muy duras».
«Siempre he sido tímida; me ayudaron a expresarme para enfrentarme al tribunal»
La plaza por la especialidad de Primaria de Victoria Vila es el culmen de un proceso de evolución a todos los niveles. Una semana después de conseguirla, todavía con el brillo en los ojos y la incredulidad propia del que lleva años intentándolo con fuerza y un día ve su nombre en la lista, recuerda los momentos duros del proceso: «Antes del último examen, llamé a mi madre y le dije que no me acordaba de nada; soñaba con las oposiciones, con mis preparadores». El estrés de aquellos días ha dado paso a la tranquilidad; la de ella y la de su madre: «Ella me ha acompañado durante el proceso; hemos brindado, lo hemos celebrado juntas».
Antes del brindis, el sacrificio y la preparación. «Opositar es duro, tienes que decir que no a muchos planes», explica. Dejar de lado los momentos de ocio y aplicarse una rutina estricta no fue lo único difícil para Victoria: «Llegué a Tecnoszubia siendo una persona tímida; estaba un poco perdida». La brújula, afirma, siempre estuvo ahí y tenía nombres y apellidos, el de sus dos preparadores: «Ellos apostaron por mí, me dieron alas. Me motivaron, mejoraron, por ejemplo, mi manera de expresarme para enfrentarme al tribunal».
«Han sido 9 meses de preparación intensos»
¿Se puede rozar la excelencia en un año de preparación? El caso de David Félix nos dice que sí: un 9,32 de media en la especialidad de Educación Física después de 9 meses de preparación en Tecnoszubia. ¿Cómo se consigue? Nos lo cuenta él: «La rutina ha sido intensa; he estudiado una media de 8 o 9 horas compaginándolo con el trabajo, he sido muy estricto».
En esa rutina, argumenta, ha sido clave el día de la academia: «Era un gusto; una manera cercana y amigable de compartir impresiones con compañeros que viven lo mismo que tú y, claro, con el preparador». David se para un momento, coge y aire y continúa hablando de sus preparadores: «Desde el preparador principal, que marcaba el camino, hasta los que nos ayudaban con la exposición, con los supuestos o la programación. Sé que en otras academias también se toca todo, pero no con este detalle. Un preparador para cada parte del examen: ese detalle es el toque diferencial de Tecnoszubia».
«Cuando me faltaba energía, mis preparadores la sacaban por mí»
Como la de David, la de María Castillo ha sido una preparación relámpago que ha tenido final feliz: plaza por la especialidad de Inglés. «Todo comenzó en junio del año pasado: como el que no sabe qué hacer, empiezo a prepararme sin mucha esperanza de conseguir plaza». Pronto se da cuenta de que estaba en el lugar correcto para, de verdad, dejarse la piel e intentarlo. «Los primeros días, abrumada por el proceso, salía de la academia llorando. Luego ves que los compañeros no son competencia, que te puedes apoyar en ellos, y que los preparadores saben cómo sacar lo mejor de ti como maestra, con paz y confianza. Cuando no tienes energía, la ponen ellos por ti».
Y de la joven que llegó a Tecnoszubia «por no estar parada», emerge una maestra con plaza que terminó considerando el día de la academia como «el mejor de la semana». «A mi preparador le he enviado un correo: le he dicho que gracias por enseñarme a ver de lo que era capaz. Ojalá llegue a ser una docente de su nivel», concluye.
«Empecé a opositar con treinta y tantos, pero ha merecido la pena»
En las oposiciones es habitual encontrar casos como el de Aranxta Gómez: por fin tiene plaza, después de comenzar a opositar «con treinta y tantos años», tras varios cursos de docente en la escuela privada. «Quizá era un poco tarde, pero pensé que era el momento; mi primera convocatoria fue en 2015. Entonces no saqué plaza, pero aprobé y comencé a trabajar como interina en la pública». En torno al 80% de los alumnos de Tecnoszubia, según datos facilitados por la academia, ha conseguido aprobar este año, lo que les permite comenzar a desempeñar la labor docente en condición de interinos.
Para Aranxta es fundamental la academia «porque necesitas que te bajen de la nube, a veces, pero que te levanten otras». Lo explica así: «Hay una frase motivacional, la única para mí cierta: la oposición es una escalera y no sabes en qué peldaño estás. Hay gente que aprueba a la primera, que al subir el primer escalón lo ha conseguido. Hay gente que se ve en medio de una escalera de caracol. Les diría que confíen en ellos y en los preparadores de Tecnoszubia; en los consejos que les dan. Que sean pacientes».
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