Conchita Barrecheguren. IDEAL

El Papa aprueba la beatificación de la granadina Conchita Barrecheguren

Su Santidad ha aprobado el milagro atribuido a la intercesión de la joven, fallecida en 1927 con apenas 22 años

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Sábado, 21 de mayo 2022, 15:24

El Papa Francisco ha aprobado el milagro atribuido a la intercesión de Conchita Barrecheguren, por lo que la joven, fallecida en 1927 con solo 22 años, será beatificada. Previamente el Papa ya había aprobado el decreto que reconocía las «virtudes heroicas», primer paso para ... la beatificación, tanto de ella como de su padre, Francesco Barrecheguren.

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El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es ser declarado venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo. 'Venerable Siervo de Dios' es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce «haber vivido las virtudes de manera heroica». Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado, hecho santo, se precisa un segundo milagro obrado «por intercesión» después de ser proclamado beato.

La vida de Conchita

Concepción Barrecheguren y García nació en Granada el 27 de noviembre de 1905 en una casa de la Gran Vía, ciudad en la que murió el 13 de mayo de 1927, con apenas veintidós años. Personaje extraordinario y quizás poco conocido en la sociedad granadina, su corta vida estuvo marcada por la enfermedad y el dolor, suavizados en gran medida por su profunda fe de creyente y el ambiente cristiano del hogar en el que había nacido.

Quienes se han aproximado a su figura, nos la presentan como una joven de acusados contrastes. Impulsiva, valiente, ardorosa con frecuencia, y en ocasiones dulce y suave. La imposibilidad de cursar los estudios normales a su edad –era su propio padre quien le servía de maestro– no impidió el desarrollo de una mente despierta y de una viva inteligencia. No solo para materias que son habituales, también en el piano destacó por su destreza.

Aunque su naturaleza le inclinaba a la vida religiosa, no fue éste un deseo que pudo cumplir, Pero sí llevar, en su propia casa una vida que para muchos fue de santidad y de unión con Dios. Después de su muerte, en 1938, se inició la causa para su beatificación. Este proceso acabó en noviembre de 1945 y en él declararon sobre sus virtudes y milagros hasta 56 testigos. Desde el 29 de noviembre de 2007 los restos de Conchita descansan en el Santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro junto a su padre, Francisco Barrecheguren, también en proceso de canonización.

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Su padre

Barrecheguren Montagut, padre de la joven, también está en el proceso hacia la beatificación. Tras perder a su mujer y a su hija, se hizo sacerdote a los 68 años de la Congregación del Santísimo Redentor; nació en Lérida (España) el 21 de agosto de 1881 y murió en Granada (España) el 7 de octubre de 1957.

Al quedar huérfano muy pequeño y sin familia en Lérida, sus tíos lo llevaron a Granada, donde vivirá toda su vida. En 1945, después de haber donado parte de sus bienes a la Congregación de los «Esclavos de la Eucaristía», el Siervo de Dios creó el Mecenazgo de las Escuelas «Conchita Barrecheguren», una asociación destinada a la enseñanza de niños pobres.

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Posteriormente, a la edad de 65 años, ingresó en la Congregación del Santísimo Redentor, y el 25 de julio de 1949 fue ordenado sacerdote y vivió sus últimos años a disposición principalmente de los enfermos y los ancianos, según la biografía proporcionada por el Vaticano.

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