La pastelería de un pequeño pueblo de Granada que hace delicias con «los mejores melocotones y almendras del mundo»

La provincia de Granada está llena de tesoros de todo tipo. Y si hablamos de gastronomía, resulta imposible no pensar en el caviar de Riofrío, el jamón de Trevélez, las verduras y hortalizas de la Vega o la quisquilla de Motril. Pero lo cierto es que mencionar solo a estos productos no sería justo, ya que hay muchos más.

Sin ir más lejos en el norte de la provincia, en la zona de Cortes de Baza, presumen de tener unos melocotones y unas almendras de la más alta calidad. Unos productos de los que Juani Canales, propietaria y pastelera de Candú Alta Pastelería, saca el máximo esplendor en su obrador de Las Cucharetas, una pedanía de Cortes de Baza.

«Somos un obrador especializado en alta pastelería francesa que nos dedicamos a la elaboración de dulces para eventos», explica a IDEAL Juani, que reconoce que únicamente cuenta con un obrador y no una tienda para vender sus dulces porque se encuentran «en un pueblecito que no llega ni a 100 habitantes». Sin embargo, el estar allí no le impide dar servicio a multitud de comuniones, bodas, eventos de todo tipo e incluso restaurantes.

«Aunque la pastelería americana está de moda nosotros hacemos pastelería francesa basada en dulces suaves con poco azúcar y frutar naturales», detalla la pastelera. Y aunque cuentan con multitd de especialidades, con dulces que van desde la bollería artesanal a base de hojaldre hasta los macarons, hay unos en concreto que triunfan por encima de los demás: los elaborados con almendras y melocotones de la zona.

«Aquí se cultiva mucho melocotón y almendra así que queríamos hacer algo que nos caracterizara, un dulce con productos de la tierra para que la gente de Cortes de Baza se sienta representada». Y lo han conseguido con su melocotón, un dulce que es un bizcocho de aceite con confitura de melocotón y gianduja de almendra. Y también con una corona con brioche hojaldrado, crema de almendras y confitura de melocotón, elaboraciones para que la gente «valore su tierra y sus productos».

Trabajar en un lugar con tan pocos habitantes hace que todo sea más difícil pero lo cierto es que Juani no para de recibir halagos y buenas críticas. «Estamos en un pueblo tan apartado de la mano de Dios que sé que no me voy a hacer rica con esto. Tenemos que hacer muchos kilómetros pero echándole gasolina a la furgoneta no tenemos límite». Por el momento solo quier «seguir disfrutando» de su trabajo, aunque no descarta crecer e ir a más siempre que sea «poco a poco».

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