Un pedacito del Soho de Londres en Granada

Uno a uno, cada establecimiento, encierra una apuesta por el emprendimiento, la supervivencia sí, pero también el talento y la determinación. El resultado es maravilloso. Lo explica Toy, peluquero de luengas barbas, tatuajes y siempre en bermudas, uno de los veteranos de la transformación de esta calle que con la apertura de Underground hace más de dos décadas empezó a mutar para adaptarse a los tiempos venideros. «La regla es que todos los comercios estamos unidos. Somos una piña, una familia, y nos ayudamos entre todos». El mantra lo confirman Irene y Tamara, de Puro Stylo. «Somos cuatro peluquerías en la misma calle, pero no somos competencia porque cada una tiene su estilo y, al final, nos ayudamos».

La experiencia es similar en Solbaer Tatto, que junto a Coacaink Tatto, son los dos estudios que pintan y dibujan la piel del que traspasa sus fronteras. En el primero, Iban e Iris, dos de los tatuadores explican que la elección de la calle se ha basado en dos motivos.«Primero porque el local es el bajo de un palacete del siglo XVII, lo que da mucho juego. Lo segundo es por el ambiente y porque en la zona hay más estudios de tatuaje, y la gente se deja caer por aquí y hay mucha clientela».

Gabriel aporta una visión particular y constructiva. Regente Cadmio, una tienda de material de bellas artes y lo que ve es que la calle es peatonal.«No hay tráfico y los fines de semana te puedes traer a los críos para que jueguen, como cuando nosotros mismos éramos pequeños».

Independencia, creatividad

La Calle Moral de la Magdalena es en sí mismo una sucesión de sorpresas llenas de rabiosa independencia y creatividad. Drum, por ejemplo, es un milagro musical.«Abrí con muchas deudas y poco dinero y poco a poco tengo un montón de estudiantes que sueñan con tocar la batería». Oel de Second Life, una apuesta fantástica:«Brilla por la originalidad de sus diseños únicos. Recuperamos, reutilizamos, restauramos desde muebles a objetos de decoración, desde ropa a complementos».

También hay un local para echar una cañita con su tapa o para sentarse a comer. Se llama Serendipia y se ha estrenado el 12 de enero de este año. Carolina y Pablo ofrecen una carta donde la fusión es la clave. Recomiendan sus giozas. Yya preparan un 'Ramen Day' que se sumará a la celebración del Día del Orgullo o al de la Cruz en esta calle variopinta. Queda La Química, una tienda de fotografía analógica en pleno siglo XXI que ha abierto Alba y RÓ creative, de Rocío, que vende diseño, marcas, organiza eventos y define este pedacito del Soho londinense en Granada:«El futuro está complicado. Lo importante es crear, inventar, no tirar la toalla para lograr que venga el cliente».