El debate de los Premios Goya
Personas discapacitadas de Granada: «También tenemos deseo sexual»
El debate de los Premios Goya
Personas discapacitadas de Granada: «También tenemos deseo sexual»La sexualidad de las personas con discapacidad ha pasado de ser un tabú, cosa prohibida, relegada o invisible a estar en las barras de los ... bares, las conversaciones de oficina, la agenda pública y las tertulias de todos los medios de comunicación. La razón la conoce todo el mundo. Telmo Irureta, premio Goya al actor revelación en la película 'La consagración de la primavera', puso en pie a los asistentes cuando dijo, con voz firme:«Las personas con discapacidad también follamos».
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Posteriormente, el debate se amplió. El propio actor reconoció: «He pagado por sexo y me parece bien porque cuerpos como el mío en general no gustan». El actor vasco defendía así el derecho al sexo de las personas con discapacidades.
El eco de este terremoto de sexualidad también ha llegado a Granada. En la sede de Fegradi, la Federación Granadina de Personas con Discapacidad Física y Orgánica, es un tema común. Lo que sorprende es la sorpresa que produce. Ytras esta primera impresión, la realidad es compleja. Si las relaciones sexuales dan pie a turbias complejidades, el debate sobre la necesidad, el deseo o el derecho al sexo en las personas discapacitadas puede conducir a lugares equivocados.
Carmen, Ana y Mahayub, tres personas con diversos grados de discapacidad física y orgánica ayudan a adentrarse en este laberinto de conceptos, equívocos y, en su caso, vivencias íntimas y personales.
Empieza Carmen a valorar lo sucedido en la gala de los Goya. «Creo que está genial que se visibilice este tema de la sexualidad de las personas discapacitadas. Las personas con discapacidad tenemos sexualidad y tenemos derecho a disfrutar de ello».
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Habla desde su experiencia en Fegradi. «Trabajo mayoritariamente con mujeres de más de cuarenta años, y muchas ni siquiera tienen información sobre enfermedades de transmisión sexual o anticonceptivos». La razón es sencilla.«No se considera su sexualidad. Tampoco se les pasa por la cabeza que tengan esta necesidad». A su juicio es un problema grave. «Es la eterna infantilización. Se ve y se trata como niñas pequeñas a las mujeres con discapacidad. No se entiende que tengan deseo sexual. Al final es un derecho».
Ana avanza otro paso más en este tema. Respecto a las palabras del actor Telmo Irureta, confiesa en que se siente muy familiarizada con su discurso. «Tengo muchas amistades con discapacidades. En concreto, uno de mis mejores amigos, Ismai, es como Telmo. Por esta razón, para mí, escuchar sus palabras me resulta algo normal porque me recuerda a mi amigo».
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Eso sí, reconoce que «partiendo de esta experiencia, es muy importante la visibilidad que se le está dando a la sexualidad de las personas discapacitadas con la presencia de Telmo Irureta en la gala de los Goya».
Llegados a este punto, Ana disecciona lo ocurrido desde su prisma personal. «El problema no es que tenga parálisis o discapacidad, la controversia es por el aplauso que se le dio, y que la película se basa en la asistencia sexual. Porque se ha dicho que no tenían que haber aplaudido porque hay movimientos feministas que comparan la asistencia sexual con la prostitución. Si fuera otro tema no habría todo este revuelo».
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Es en este punto donde interviene Mahayub. «¿Pero a qué prostitución nos referimos, a las personas que están por voluntad propia o las que están de forma impuesta? Y se responde:«A mí me parece muy bonito que recurras a la prostitución. Yo lo he visto en Amsterdam, donde la prostitución está legalizada. De hecho, he hablado con mujeres a las que les gusta su profesión. Me cuentan que cuando van a casa de una persona con silla de ruedas o parálisis les tratan mejor que cualquiera de su familia. Siempre se ha visto la prostitución como algo malo, creo que no es así si está por su propia voluntad. Hablemos de este tema y quitemos esa venda fea que todo el mundo quiere ponérsela».
Tras estas primeras impresiones, Carmen establece prioridades. «Lo importante es que el discurso da visibilidad a las personas con discapacidad. Y sí, hay un problema de fondo, hay una falta de educación sexual». Ana sigue este camino. «Lo que veo positivo, no voy a entrar ni en la prostitución ni en el feminismo, es que somos personas sexuadas y que si queremos podemos acudir a la asistencia sexual, donde una persona te proporciona el apoyo que necesitas para que tú puedas acceder a tu propio cuerpo, pero no hay relación sexual. Por ejemplo, te ayuda a que con tus propias manos te explores tú misma. Depende del acuerdo que se llegue entre ambos». «Somos seres deseantes y deseadas».
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Mahayub sostiene por su parte que decir en un acto público «follamos» está bien, «pero las acciones son mejores que las palabras. Creo que hay que animar a la gente a que practique el sexo».
Al final, todos coinciden. «Decir que también follamos es maravilloso, porque lleva a la normalización». Así, rompen con esta invisibilidad y con la infantilización. «Si decimos 'follamos', nos ven como adultos». Ypor algún sitio había que empezar.
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