Jesús lleva siete años en el extranjero. Todo empezó con una beca Erasmus y desde entonces vive muy alejado de su Granada natal. Primero fue a parar a Bratislava, ciudad en la que acabó su Licenciatura de Piano Clásico iniciada en el Real Conservatorio Superior ... de Música Victoria Eugenia. Más tarde decidió «dar un giro» a su carrera, lo que implicaba cambiar de país, así que abandonó Eslovaquia para desembarcar en Holanda. Y es allí donde está a punto de terminar su segunda carrera musical: Piano Jazz.
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Este granadino de 28 años lleva los últimos cuatro residiendo en Arnhem, en la frontera con Alemania. Allí estudia en la ArtEZ-University for the Arts, que ofrece programas con alumnos internacionales completamente en inglés. Según nos cuenta él mismo se trata de «un lugar muy especial por varios motivos: la apertura mental así como el apoyo incondicional a los estudiantes y sus proyectos artísticos». «ArtEZ», añade, «es un conglomerado interconectado de departamentos muy especializados dedicados a las artes: desde un conservatorio para música hasta departamentos de danza y teatro pasando por diseño gráfico, diseño de moda, escritura creativa y bellas artes».
Jesús considera que su lugar de estudio constituye «una colección de lugares para aprender, compartir y crear arte que en Granada estamos muy lejos de vislumbrar». El hecho de que todas las disciplinas estén integradas en una misma facultad facilita los 'Interdisciplinary Projects', que como él mismo explica «son proyectos artísticos en los que se mezclan varias disciplinas artísticas y que suponen una fuente de inspiración y aprendizaje, ya que te permiten experimentar como otros artistas conciben y trabajan el arte en su especialidad».
Este pianista comenta feliz que «todo lo que encuentras aquí son facilidades, desde apoyo económico a lugares para ensayar y mostrar tu creación e incluso difusión del proyecto artístico». Desvela además que «se te exprime para que busques tu propio camino, para que encuentres tu propia voz y te expreses como individuo único y diferente al resto, otro de los estandartes del pensamiento holandés», precisa.
Lo que más destaca Jesús de la mentalidad holandesa es «su apertura, que les lleva entre otras cosas a hablar inglés de forma totalmente fluida y a recibir y tratar a extranjeros como yo, como a uno más». A su juicio «el ciudadano normal aquí se interesa por tu procedencia, tus costumbres y aprecia las diferencias culturales que te separan de él». Por si fuera poco, como artista está encantado del país en el que vive. «Aquí el arte se mima y se potencia desde las aulas hasta cada rincón de la sociedad», descubre. «Es normal entrar en un pub y encontrar música en directo, cosa que en nuestra ciudad se restringe y penaliza», recuerda.
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Sin embargo, como él mismo aclara «no todo es color de rosa en Holanda, de hecho, es literalmente gris». Jesús hace referencia a la gran cantidada de días con lluvia, nieve y mal tiempo. Según sostiene «el carácter esta condicionado por el clima; es a veces distante y pasivo, se palpa un notable nivel de indiferencia y las muestras afectivas son más bien escasas. Son gente muy directa, no dan ningún tipo de rodeos si necesitan algo de ti o tienen algo que decir», indica.
Viendo lo que Jesús relata no es de extrañar que lo que más eche en falta sea «sin duda el clima, el carácter de la gente y la comida». Por ello añora «las posibilidades que Granada ofrece de ocio al aire libre, que son la envidia de cualquier holandés» e insiste en que aquí «deberíamos apreciarlos y conservarlos con todo nuestro esfuerzo».
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De cara el futuro el joven granadino pretente terminar sus estudios aquí y «quizás cursar un máster de especialización en jazz y flamenco». Mientras tanto anda ocupado escribiendo música para su concierto de graduación, inmerso «en muchos ensayos». En el horizonte, Granada. «Me gustaría volver y llevar conmigo el método de enseñanza holandés, que aboga por hacer al alumno responsable de 'qué aprender y cómo' y que apuesta por la individualidad creativa de cada persona», expresa. «En definitiva», concluye «aspiro a fomentar esta tradición musical que desafortunadamente no está aún formalizada en conservatorios públicos de Andalucía y la mayor parte de España».
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