Polémica política en Huétor Tájar: el árbitro iba de verde

crónica política ·

La Guardia Civil denuncia la celebración de un partido de fútbol con público en plena segunda ola, un hecho que el alcalde del municipio negó en su momento, y Salud abre expediente

Quico Chirino

Granada

Domingo, 17 de enero 2021, 01:32

El pasado 5 de diciembre, a las cinco de la tarde, había derbi comarcal en el estadio municipal Miguel Moranto de Huétor Tájar. El equipo local se enfrentaba al Loja, supuestamente, a puerta cerrada. Este tipo de encuentros pueden congregar en circunstancias normales más de ... mil espectadores, según declaró el alcalde de hueteño, Fernando Delgado (PSOE), que lleva por vitola ser el más votado de España (79%); hasta el punto de que los dos concejales del PP claudicaron en 2019 y resultó investido por unanimidad. Y este detalle hay que tenerlo presente para comprender cómo un partido de fútbol del grupo noveno de Tercera va camino de convertirse en una disputa política de campeonato. Al tiempo.

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El PP local denunció en diciembre que el encuentro se había celebrado con público, tanto en las gradas como en la cantina de las instalaciones, donde –con la persiana bajada– se habría «refugiado» el propio alcalde. Fernando Delgado lo negó, achacó todo a un «montaje» de la oposición, explicó que los asistentes eran los directivos de ambos equipos, jugadores no convocados, recogepelotas y trabajadores de medios de comunicación y que en el bar no se superó el aforo permitido. El ayuntamiento, en un comunicado, desmintió que se produjese denuncia alguna por incumplimientos.

No fue así. A las 18.15 la central de la Guardia Civil recibió una llamada para alertar de que se estaba celebrando un encuentro y que había una «aglomeración de personas». En el recinto estaba también una pareja de la Policía Local, que redactó un informe. En ese documento, firmado el 5 de diciembre, se recoge que había unas 60 personas «sentadas en sillas» en la cantina. Hay dos informes posteriores de la Policía Local –uno de ellos elaborado a la tres de la mañana–, donde la cifra se reduce progresivamente hasta quedar en 35 personas.

Pero lo que pasó desapercibido al alcalde de Huétor Tájar es que la Guardia Civil sí levantó acta de denuncia/inspección. Según informan los agentes, en la zona del bar se encontraban «sesenta personas aproximadamente sentadas, viendo el partido con consumiciones». En la zona de las gradas había otras 23 personas, que se identifican con directivos de ambos equipos.

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En aquel momento, previo al puente de la Inmaculada, Granada estaba en nivel 4 grado 1 del estado de alarma y empezaba una desescalada todavía con restricciones.

Aquel encuentro suscitó un rifirrafe político entre PP y PSOE y se cerró en falso, con cruce de adjetivos y anuncio de denuncias. Pero faltaba el penúltimo capítulo. El 28 de diciembre, el puesto de la Guardia Civil de Salar remitió a la Junta, como autoridad sanitaria, la denuncia por el presunto incumplimiento de las medidas de prevención en aquel derbi entre Huétor Tájar y Loja. El escrito se ha remitido a la Consejería de Salud y se ha abierto expediente que puede acabar en sanción. Tarjeta amarilla con el VAR.

Va a ser uno de los temas que marque la agenda política la próxima semana. Los árbitros iban de verde.

Una polémica de fondo

Asunto de debate ha sido esta semana la petición –o no– de fondos europeos por parte del Ayuntamiento de Granada. El alcalde argumenta que tramitará las solicitudes a través de la Femp –la Femp existe– y que aún está en plazo.

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Habrá lío –y gordo–, advierten desde el Gobierno. Solo las diputaciones andaluzas ya han planteado a la Junta proyectos por 52 mil millones, cuando los presupuestos del Estado contemplan un anticipo de 26.000. La Junta puso el plazo del 31 de diciembre, aunque es verdad que el calendario general aún no está definido. Lo que delatan los números es que hay más peticiones que dinero y que conviene no llegar tarde.

Estos fondos pueden traer grandes inversiones a Granada si las administraciones y los empresarios se ponen de acuerdo y no desaprovechan que la crisis también ha propiciado una oportunidad histórica. Por ejemplo, para ordenar la situación del Palacio de Congresos. Pero para eso hay que tener las ideas claras.

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Y no se tienen.

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