Hartos del ruido que despedía la fiesta, los vecinos comenzaron a telefonear a la Policía Local para poder conciliar el sueño y descansar. Ocurrió en un cortijo de Albolote y la guardia municipal se acercó hasta la finca para mandar parar. La celebración era ilegal. No contaba con autorización, pero había atraído a un «número importante de personas», indicaron fuentes del propio Cuerpo.
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Los organizadores accedieron a interrumpir el sarao y los asistentes comenzaron a desfilar hacia el exterior, donde tenían aparcados sus vehículos. Uno de los agentes observó entonces que uno de los participantes intentó ocultar una navaja «de grandes dimensiones» en los bajos de un turismo estacionado junto a la hacienda. En este sentido, los patrulleros decidieron cachear a algunos de los individuos desalojados y confiscaron otra faca y una pistola simulada que disparaba «balines metálicos».
Además, la Policía Local intervino distintas cantidades de droga.
A todo esto, el vecindario recuperó la tranquilidad.
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