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DANIEL OLIVARES
Granada
Viernes, 27 de agosto 2021, 00:55
A la primera dama del soul británico le quedan pocos días viviendo en la que ha sido su residencia en las dos últimas décadas. Llegó a Salobreña en 1994 para visitar a unos amigos y la localidad de la Costa Tropical granadina, a la que escribió una canción en aquellos días, terminó por convertirse un lustro después en su refugio durante 21 años. Patricia Ann Cole (Los Ángeles, California, EE UU, 1946), conocida artísticamente como P. P. Arnold, prepara estos días su mudanza a Reino Unido, adonde regresa «por culpa del Brexit», como ella misma asegura.
«Llegué aquí en 1994 para visitar a unos amigos, en Semana Santa. Escribí la canción de 'Salobreña' y poco tiempo después mis amigos me llamaron porque querían escuchar la canción. Se la envié y me volvieron a llamar para decirme que les había encantando y que también había gustado mucho a la gente de Salobreña. Volví en 1999, vi la casa en la que vivo, la compré y terminé quedándome aquí a vivir», relata la cantante, dueña de uno de los currículums artísticos quizá más desconocidos pero a la vez más excitantes de la escena musical internacional.
De cantante de un coro de gospel en una iglesia de su tierra natal pasó a convertirse, con apenas veinte años, en corista de Ike y Tina Turner, una aventura con The Ikettes que se inició con el drama de su separación del hombre con el que se había casado, que la maltrataba y con quien había tenido dos hijos, y que continuó con colaboraciones con Roger Waters, Rolling Stones, Jimmy Hendrix, The KLF, Eric Clapton, Peter Gabriel, Ocean Colour Scene y, más cerca en el tiempo, con Boy George, Oasis o Primal Scream. Fue una gira por Gran Bretaña la que le granjeó la amistad y algún escarceo amoroso con Mick Jagger, una amistad que le hizo establecerse en Reino Unido.
Justo en su última conversación con IDEAL para hacernos llegar la foto que ilustra estas líneas, con amigos suyos de Salobreña en la Taberna Alhaja («uno de mis sitios favoritos»), se acababa de conocer la muerte de Charlie Watts, baterista de The Rolling Stones. «Recuerdo cuando me fui de gira con los Stones, Charlie era un gran hombre, un 'gentleman' encantador. Yo era muy joven, ¡todos éramos muy jóvenes!», rememora entre sonriente y nostálgica.
Y es que la vida de P.P. Arnold está repleta de momentos excitantes que forman parte de la historia mundial de la música. A pesar de que su carrera en solitario nunca llegó a despuntar del todo y de que ella misma se apartó tras una etapa cantando en musicales entre los ochenta y noventa, nunca se retiró del todo y en su refugio salobreñero siguió en contacto con músicos y artistas de todo tipo. No en vano, llegó a grabar en 2007 un disco con otro británico 'exiliado' a tierras granadinas, Robert Howard o Dr. Robert, cantante de la banda The Blow Monkeys que también eligió en su día la Costa Tropical (Almuñécar) primero y después el Valle de Lecrín para fijar su residencia.
En 2019 volvió a presentar un nuevo disco en solitario, 'The new adventures of... P. P. Arnold', producción de Steve Cradock (Ocean Colour Scene), y en este tiempo en Salobreña ha trabajado también en su propia autobiografía, una obra que es todo un guion de película. Porque los 75 años de Pat, como la conocen sus amistades, son una historia de cine, con dramas como su divorcio o la muerte de su hija en 1977, y con momentos mágicos sobre los escenarios. Es, sin duda, la primera dama del soul británico.
«Soy americana pero residente en Gran Bretaña. Es algo complicado pero tengo que volver. Mi vida en Salobreña ha sido muy tranquila. Era un lugar que necesitaba en un momento de cambios en mi vida. La playa de Salobreña, su casco antiguo, sus restaurantes, la Taberna Alhaja, que me encanta, o el Bar Pesetas... Tengo muchos amigos aquí y volveré en cuanto pueda», se despide.
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