Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La primera edil en llegar ayer a la plaza del Carmen fue la debutante Elisa Cabrerizo, a las once de la mañana. «Tengo que ensayar», se justificó. A esa hora, aún no estaba decidido quién sería el alcalde. Tras Elisa lo hizo su portavoz, Antonio ... Cambril.
-¿Cuántos discursos tienes preparados?
-Umm... solo uno -se percató de que quizás se había quedado corto-. Voy a subir a retocarlo.
Cambril hizo algunas anotaciones a boli sobre lo previsto. Cuando le tocó intervenir, justo tras Onofre Miralles (Vox), Luis Salvador ya era el primer edil de Granada.
-Quiero manifestar mi felicitación al alcalde, o medio alcalde -puntualizó-, y al nuevo equipo de gobierno, incluido Sebastián Pérez -tenía escrito originalmente Luis Salvador-; no sé si también medio alcalde. Y pese al desierto ideológico que nos separa, a Onofre Miralles, que ha acudido, como Agustín de Foxa, en ayuda de la familia de las derechas al grito amoroso de 'el matrimonio es una cruz tan pesada que hay que llevarla entre tres'.
Cambril fue el único que se refirió ayer a un posible pacto entre PP y Ciudadanos para alternarse la alcaldía dentro de dos años. No lo hizo el portavoz naranja, Manuel Olivares; tampoco Luis Salvador; ni siquiera el portavoz popular, César Díaz, que tuvo que salir al atril tras cederle su lugar Sebastián Pérez -no hizo ayer declaraciones- y leer un discurso que estaba escrito para otra cosa.
Cuando subían las escaleras hacia el salón de plenos, algún concejal del PP aún barruntaba romper la disciplina y evitar que Luis Salvador se convirtiera en alcalde. Lo advertía el propio Salvador en la puerta: «Si todos votan bien habrá gobierno de cambio». En los pasillos, minutos antes de empezar la sesión, continuaba el debate en el grupo popular. No era uno sino varios los concejales que no querían transigir con la instrucción que había dado Génova sin que nadie haya explicado aún por qué. Dirigentes muy bien relacionados tanto con la dirección regional como con la nacional únicamente entienden que haya sido el peaje para conseguir que Begoña Villacís renuncie a la alcaldía de Madrid. Ambas cosas han sucedido casi en paralelo, junto a la negociación en Jaén, donde el candidato popular se negó a aceptar el 'dos más dos' y Ciudadanos viró al PSOE.
Hasta el jueves, los equipos de PP y Cs no se habían visto. Hubo un encuentro ese día por la tarde y otro el viernes por la mañana. Pero no se entró en ningún reparto de áreas. Luis Salvador insistía en que contaba con el respaldo de Vox para ser alcalde, todo negociado en Madrid. Salvador rompió el encuentro porque tenía un almuerzo. En concreto, era con Onofre Miralles y un abogado vinculado a Ciudadanos y muy amigo del portavoz de Vox.
El viernes por la tarde entró en escena Macarena Olona, la persona a la que Santiago Abascal ha delegado la decisión última sobre Granada. La diputada está detrás del decálogo de medidas de regeneración democrática. En contra de lo que pudiera parecer, este documento desatascaba las conversaciones. Vox aceptaba entonces quedarse fuera del gobierno -ahora pide una conceajlía- y emplazaba a PP y Cs a pactar el nombre del alcalde, sin vetos. Pero Luis Salvador jugaba la partida en Madrid y conocía el final antes de que el resto hubiera empezado a redactar el principio.
Sebastián Pérez rechazó renunciar y dar paso a otro compañero. Su partido -al menos hasta la madrugada del sábado- no le obligó pero sí tenía contemplada una salida por si acaso. Pérez tampoco aceptaba alternarse la alcaldía con Ciudadanos; aunque esta última opción ya se asumía el viernes como mal menor.
Al borde de la medianoche, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, llamó a Onofre Miralles. El portavoz de Vox le trasladó que estaría más cómodo con otros nombres que no fueran el de Sebastián Pérez, sin oponerse frontalmente. El PP de Granada no pudo hablar con García Egea, que estaba cerrando los últimos flecos en Madrid.
Todo se precipitó a primera hora de la mañana del sábado. Fue Macarena Olona la que comunicó que Cs y PP habían alcanzado un acuerdo en Madrid para convertir en alcalde a Luis Salvador y sus tres concejales no serían impedimento. En Granada, el PP tildaba esta posibilidad poco menos que de despropósito.
A las 10.20 varios concejales del PP empezaron a llegar al Hotel Meliá. En ese momento ya se habían producido las presiones desde Génova y el número dos de Pablo Casado había llamado personalmente a alguno de sus ediles.
Luis Salvador abandonó su sede a las 11.30 y se detuvo unos minutos en el hotel de la calle Ganivet. No se firmó nada. Llamaron a Madrid y Teodoro García Egea tampoco tenía nada por escrito. El martes se producirá una reunión a la que acudirán García Egea y Sebastián Pérez, por un lado, y Fran Hervías y Luis Salvador por otro. En ese encuentro -según esperan los populares- quedará sellado que la alcaldía cambiará al PP en junio de 2021. Pero para que eso suceda tendría que aceptar Salvador y, nuevamente, Onofre Miralles.
Nadie confirmó ayer que se vaya a turnar el bastón de mando. En Vox insisten en que desde la dirección del PP le han dicho que será para cuatro años.
La decisión del grupo municipal popular agitó ayer al partido en Granada: hervían los grupos de whatsapp. Varios concejales esperan, al menos, que se constate la salida digna de los dos años; y tampoco se descartan otros movimientos internos en los próximos días.
En el pleno de ayer bastaba con observar las caras -sin llegar al análisis morfopsicológico de los cráneos- para detectar que los ediles del PP votaron lo que no querían.
Se les ha quedado muy mal 'Corpus'.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.