Miércoles, 13 de enero 2021, 17:16
El coronavirus está atacando de forma cruel al municipio de Algarinejo, que acumula hoy la tasa más alta de contagios de la provincia y la segunda mayor de toda la comunidad autónoma. Las noticias que llegan desde este pueblo fronterizo son muy malas. Lo que ha venido tras las fiestas es una pesadilla en forma de infectados que tiene atemorizado a un pueblo en el que se ha esfumado la alegría.
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Covid en Andalucía
El alcalde de Algarinejo, Jorge Sánchez, explicó ayer a IDEAL que la situación es de «preocupación máxima». A día de hoy nadie sabe hasta dónde ha llegado la pandemia. Lo único constatable es que el pasado lunes afloraron 45 nuevos positivos entre las pruebas que se hicieron en un cribado poblacional y las PCRrealizadas en el centro de salud. Entre estos y los que ya había de los días anteriores, en Algarinejo han detectado 155 casos activos en las últimas dos semanas, lo que ha dejado la tasa en 6.150,8 casos por cada 100.000 habitantes.
Ante esta situación, Sánchez solicitó ayer a la Junta de Andalucía que cerrasen su municipio. Según señala, el Consistorio no tiene prerrogativas para clausurar sus accesos, cerrar la actividad no esencial o decretar un confinamiento domiciliario. Tres medidas que desde luego tendrían que aplicarse en este pueblo, de acuerdo a lo que defiende su primer edil.
Sánchez alerta de que la población de Algarinejo está muy «envejecida», por lo que debe ser una prioridad frenar el virus de forma tajante. Aunque actualmente la inmensa mayoría de vecinos contagiados se encuentran bien de salud, el problema es dejar campar a su anchas a un patógeno que, por desgracia, ya ha entrado en la residencia de mayores. Allí han aflorado 16 casos, pero lo peor del brote es que ha provocado que no se pueda vacunar a los usuarios y trabajadores del centro.
El alcalde desconoce cómo el virus ha afectado tanto a Algarinejo. Solo tiene como explicación los episodios de relajación que ha habido con motivo de las fiestas. Nada particular y que no se haya vivido en otros pueblos.
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Sea como fuere, el primer edil quiere que toda la actividad pare hasta que no se superen estas dificultades. A la Delegación de Educación le han solicitado que suspendan las clases en el colegio y la guardería del pueblo. «Las Ampas están pidiendo no llevar a los niños», apunta Sánchez, que señala que durante el último día que hicieron cuentas fueron solo al centro escolar 23 niños, de los 136 que hay matriculados en este pueblo.
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