De las vías hacia abajo, Granada era un erial en 2008. Solo un par de institutos y un colegio sobresalían del suelo en el triángulo que forman la Circunvalación, la Chana y la Rosaleda, zona de expansión de la capital. Estaban por llegar el gimnasio ... We, el residencial Apache, las torres de Aedas y Osuna, el parque de las Alquerías y todas las urbanizaciones aún en proyecto. Los planos de dos nuevos barrios estaban aún por trazar, pero una línea condicionaba ya cualquier planeamiento: las vías del tren dividían -dividen- en dos a la ciudad. Las administraciones acordaron entonces estudiar la mejor manera de integrar el AVE, que también estaba por llegar. Quince años después y tras varios estudios que quedaron en papel mojado -el último, de 2018-, la Junta y el consistorio han redoblado la presión para que el Gobierno retome el soterramiento.
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El pleno del Ayuntamiento de Granada, con el voto a favor de los 27 concejales, ha aprobado este viernes impulsar el soterramiento del tren y reclamar al Gobierno que convoque reuniones técnicas encaminadas a un proyecto constructivo, no un mero estudio informativo. Y sin medias tintas: la capital apuesta por enterrar las vías. Quedan a un lado opciones intermedias como la permeabilización que se impuso en Valladolid, que implicaría levantar pasos superiores e inferiores pero no cerraría por completo la cicatriz ferroviaria.
Según explicó en el pleno el concejal de Urbanismo, Enrique Catalina, no se trata «de colocar una cubierta a lo actual, a modo de boina sobre lo actual, como se nos ha apuntado desde el Gobierno central», sino de llevar en trinchera las vías desde Bobadilla hasta la estación de tren. «Queremos una solución de primera para una ciudad de primera y no nos vamos a conformar con una solución cutre para una ciudad de primer nivel».
Enrique Catalina
Concejal de Urbanismo
Sin «ambigüedades ni eufemismos», el Ayuntamiento defiende que la mejor forma de coser la herida es sellarla por completo. E insiste en que «es el momento de centrar el tiro y dar pasos en firme». La moción aprobada por unanimidad llega después de que la Junta -con una asignación de un millón en el presupuesto para el próximo 2024-, y el gobierno de la ciudad -con el anuncio de una partida simbólica de 100.000 euros- hayan comprometido al Gobierno a pronunciarse sobre el soterramiento.
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La pelota está en el tejado de Óscar Puente, el nuevo ministro de Transportes. El exalcalde de Valladolid, donde el soterramiento ha sido también objeto de discusión, afirmó el pasado día 21 en una entrevista publicada por Diario de Valladolid que, allí, los condicionantes técnicos y económicos lo hacen «inviable».
En Granada aún no ha trascendido, negro sobre blanco, ninguna cifra. Deben figurar en el informe que en 2018 contrató el Gobierno para proponer «una alternativa técnica» para la integración del ferrocarril en Granada, mediante el análisis de diferentes escenarios. Aquel estudio debía estar finalizado en 2020, pero fue prorrogado con la apertura del debate sobre la ubicación de la terminal de pasajeros de la ciudad.
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Cerrada esta discusión, no quedan excusas para dejar aparcado el proyecto. El PSOE calificó como «bastante positiva» la moción propuesta por el PP y reiteró que está en sintonía con la declaración institucional planteada por Marea Amarilla en marzo. «Vamos a formar parte de la solución», señaló el portavoz socialista, Jacobo Calvo. «Ya lo hicimos cuando desbloqueamos los mil días sin tren, cuando conectamos con Sevilla, Málaga y Madrid. Lo hace el Gobierno con la inversión en la variante de Loja. Y lo hacemos pidiendo más frecuencias a Junta y Gobierno». «Espero que las partidas sean efectivas», advirtió Calvo. Vox, que también había presentado una moción a favor de la integración, también votó a favor del texto presentado por el grupo municipal del PP.
Enrique Catalina precisó la petición del equipo de gobierno: que el Estado se siente en una mesa técnica para cerrar un convenio como el de Almería para «hacer realidad una demanda histórica». La capital vecina logró en marzo el soterramiento, que supondrá una inversión de 244 millones a financiar entre el Gobierno, la Junta y el Ayuntamiento almeriense. Un acuerdo a tres bandas como el que Granada selló en 2008, pero que cristalizó en una entidad -Sociedad de Integración del Ferrocarril- encargada de la gestión del proyecto.
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El secretario de Infraestructuras, Xavier Flores, dijo en septiembre, en la última intervención pública de un cargo del Estado relativa al soterramiento, que el encaje administrativo para la integración en Granada debe ser más simple.
A lo largo de la legislatura, el Ministerio de Transportes deberá abordar también la reforma de la estación de trenes, que en julio de 2022 fue calificada como «urgente». Y habrá que despejar la incógnita de la variante de Moreda, la vía por la que transitarán las mercancías con origen o destino en el centro logístico que se construirá en el entorno de Mercagranada, evitando el paso por Andaluces. Por ahora, el Ayuntamiento se suma a la Junta e incrementa la presión para que el Gobierno clarifique cifras y ponga sobre la mesa el estudio para eliminar las vías que aíslan a las calles más jóvenes de Granada.
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