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Al pisar la alfombra roja, la ilusión. El Aliatar se puso anoche sus mejores galas para convertirse en el prólogo a los Goya de Granada. Las luces de San Antón, Recogidas y del resto de la ciudad apuntaban directamente a la puerta de la sala, en pleno corazón de la ciudad, a tan solo cinco minutos y tres días de la gran cita del Palacio de Congresos. La alfombra, como el camino de baldosas amarillas de Oz, desembocaba en el 'photocall' de la noche: una fiesta por el cine con la vista puesta en un horizonte un poco más lejano: la Capitalidad Cultural 2031. «¿Qué hay aquí?», preguntó Isabel, granadina de 72 años. «Una fiesta. Se llama 'Granada con los Goya'», le contestaron en la puerta. «¿Quién viene? ¿Está el Madelman de los 'walking dead'? Oh, espera, ¡¿Está Richard Gere?!? A ver, ¿pero puedo pasar?». Isabel se quedó con las ganas, claro, porque esta era una fiesta con invitación. Solo 400 privilegiados contaban con el pase dorado, como Charlie en la Fábrica de Chocolate. 400 granadinos y granadinas –en su mayoría, representantes de instituciones y empresas destacadas–, que se pusieron guapos, elegantes y sonrientes para disfrutar de una noche de película.
Entre los invitados, por supuesto, también había nombres propios del talento audiovisual granadino. Como Manuel Sicilia, recientemente premiado con el Carmen a Mejor Corto de Animación por 'Estela'; o Sergio de la Puente, compositor nominado en esta edición de los Goya a Mejor Banda Sonora con 'Verano en diciembre'. «Vamos a disfrutar un ratito juntos», se abrazaron los amigos. En el interior, un escenario de ensueño. Entre las mesas, vestidas con manteles geométricos, y el escenario en el fondo de la sala, los invitados disfrutaron de una copa de bienvenida –con pequeñas delicatesen para acompañar– mientras se tomaban fotos y saludaban al resto de asistentes. Y, reinando en lo alto del Aliatar, una enorme pantalla presumiendo de Alhambra, como no podría ser de otra manera. ¿Para ver qué película? Una sesión doble: el vídeo promocional de los Goya de Granada y, después, la campaña audiovisual de la candidatura a Capital Cultural 2031.
Además de miembros de la Junta de Andalucía, la Diputación y el Ayuntamiento de Granada, con la alcaldesa Marifrán Carazo al frente, también asistió un nutrido grupo de miembros de la Academia de Cine, liderados por su presidente, Fernando Méndez-Leite. «Esto ya no tiene remedio, al final vamos a tener que hacer los Goya en Granada», bromeó el académico, entre besos y manos estrechadas.
A las 21.30 horas, subió a la palestra el presentador del evento, acogido por una sonora ovación que ya quisieran los títulos de crédito: José Manuel Zapata. «¡BueeEEEeeeNaaas NooooOOChees!», canturreó Zapata para dar la bienvenida. El tenor subrayó que esta no era una noche más, ya que muchos como él seguro que se habían enamorado del cine aquí, en el Aliatar: «Nos hinchamos de llorar con 'E.T.'. Nos cagamos de miedo viendo a la sardina con esteroides de 'Tiburón'. Nos reímos con 'Cazafantasmas' y ese Bill Murray que es adalid de la 'malafollá'. Aliatar es un sitio muy especial, el kilómetro cero de nuestra cultura». El cine, como recordó Zapata, nos ha dado el mejor eslogan: «Todo es posible en Granada».
El tenor, antes de dar paso a la alcaldesa, recalcó el papel de los patrocinadores de la fiesta, «sin los que hubiera sido imposible» –IDEAL, Grupo Cuerva, Cervezas Alhambra, Coca Cola, el cáterin Lumiere (era imposible un nombre más apropiado) y la sala Aliatar, con Gregorio Jiménez como anfitrión principal–. «Desde el principio dijimos que los Goya debían servir para lucir Granada –empezó Carazo–. Y Granada se ha volcado: todas las actividades programas con lleno completo. Ha sido un éxito. Y lo que nos queda». Lo que queda es la gala del sábado, de la que habló con pasión Méndez-Leite. «Estamos emocionados y agradecidos con Granada. Creo –añadió– que los Goya son buenos para Granada, pero lo que puedo asegurar es que Granada le da caché a los Goya». Ovación cerrada que siguió con un capote a los músicos granadinos que actuarán en la gala: los Morente, Lola Índigo, Dellafuente y, por supuesto, Miguel Ríos, para el que guardó un último guiño. «Cuando salí de mi casa –contó el presidente de la Academia–, mi mujer me preguntó a dónde vas hoy. Y yo le dije: «Vuelvo a Granada, vuelvo a Granada, vuelvo a mi hogar», cantó con voz alegre.
Y no fue el único que cantó. De hecho cantó todo el mundo, ya que Zapata, para terminar, consiguió que los 400 asistentes interpretaran a capela 'El himno de la alegría' de Miguel Ríos. Y eso que los Goya de Granada no han hecho más que empezar. Bienvenidos.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
Fernando Morales y Álex Sánchez
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