Barrios de Granada

Los problemas de pegar un pelotazo en la plaza de Gracia

Una vez terminados los trabajos los adultos, una vez finalizadas las actividades extraescolares los menores, con los comercios todavía apurando las últimas horas abiertos y los bares y sus terrazas de bote en bote, la plaza se encuentra en su máximo estadio de uso.

De hecho, la plaza de Gracia ha ido menguando y se ha quedado pequeña. Como en 'La espuma de los días' del novelista francés Boris Vian, donde los protagonistas se hacían mayores mientras su vivienda empequeñecía y finalmente tenían que huir por un agujero, de igual forma la chavalería ha sido desplazada metro a metro, año a año, por mor de las inmensas terrazas que como cruceros galácticos imperiales se han hecho dueñas y señoras de la plaza de Gracia.

Es cierto y cierto es que hay un lugar bajo la sombra del arbolado donde se ha ubicado un bonito parque infantil. Así, está también superpoblado de peques. Pero también es cierto que una vez que se aburren de los pequeños columpios, rápidamente se ponen a jugar al balón.

El lugar elegido para ello, dada la sobre explotación de la superficie de la plaza por las terrazas, es justo el que queda frente a la entrada a la parroquia. Yes en este lugar donde han surgido los problemas de pegar un pelotazo en la plaza de Gracia.

La polémica existente en el lugar quedaba recogida en las páginas de este periódico a través de una Carta al Director, donde se explicaba esta cuestión. De forma resumida, dice así. «Le propongo a la alcaldesa de Granada construir en la plaza de Gracia un 'coliseo' (...) con cabida para todos los niños aficionados al fútbol (...) En las gradas sus papás bebiendo cervezas y disfrutando de las ricas tapas y viendo a sus hijos dar pelotazos (...) En esta plaza, la afición entre los niños al fútbol supera la ficción, los curas de la iglesia Virgen de Gracia ya han tirado la toalla por mucho macetero que pusieron en el rellano de acceso a la iglesia, y los amantes de la pelota siguen ganando terreno, van invadiendo la plaza poco a poco, con las limitaciones que suponen las terrazas de los bares».

La Carta al Director da en el clavo. En la plaza no hay sitio para jugar a la pelota porque está invadida por las terrazas de los bares. Mientras, el párroco, Miguel Ángel Morell, hace un llamamiento a la concordia por Facebook y pide que se pongan soluciones «sin acritud». Para ello, ha empezado con el reparto de octavillas a la puerta del templo.

«Varias personas nos han manifestado el miedo que tienen a la hora de entrar en la iglesia cuando los niños juegan en la puerta.En estos días, una mujer ha caído al suelo, sangrando por la nariz y con heridas en la cara (hay más casos). Entendemos que es el único lugar de la plaza para jugar, y no nos parece mal, pero pedimos a los padres que estén al cuidado de los hijos en los horarios de entrada y salida de misa», se lee.

También ha escrito al Ayuntamiento, que desde este jueves manda a las patrullas de la Policía Local a informar a los chavales. De momento, la pelota sigue girando. Hay partido.