Sábado, 3 de julio 2021, 00:56
Luis Salvador ya no es alcalde de Granada. El pleno tomó ayer conocimiento de la renuncia voluntaria, que marca el inicio de la carrera por la investidura. La corporación se sume ahora en una contrarreloj que tiene como límite el próximo miércoles a las 11 ... de la mañana, momento en el que José Antonio Huertas, regidor en funciones, fijó la sesión de la que saldrá un sucesor.
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Dos son las opciones que hay sobre la mesa y ambas se llaman Paco, como vaticinó Sebastián Pérez hace más de un mes. El edil no adscrito señaló el camino para recomponer el bloque que propició el efímero bipartito y el PP está dispuesto a recorrerlo ahora.
Según confirman desde la formación, la dirección provincial planteó este viernes que el candidato para la investidura sea Francisco Fuentes. La decisión supone un golpe de timón que deja a un lado la opción de Luis González, el designado por los responsables populares como el aspirante a la alcaldía tres semanas atrás.
Las circunstancias propiciadas por la renuncia de Luis Salvador, dispuesto a entregar el bastón de mando a la lista más votada, están detrás del cambio. El PP necesita urgentemente recabar los apoyos necesarios, doce firmas, para poner al exalcalde en la tesitura de que sea él el que finalmente decida si continuar el proyecto de ciudad iniciado en 2019 o dar paso al PSOE.
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Fuentes es visto como una opción conciliadora y de estabilidad. A ello invitan tanto su trayectoria, en la que brillan su currículum como alto funcionario y su papel en la Subdelegación del Gobierno, como sus formas. Como edil de Personal y Organización, fue el fontanero del bipartito. Le tocó fajarse lejos de los focos en cuestiones complejas, especialmente durante la pandemia, que resolvió de forma competente y con mano izquierda. También dio calma al área de Contratación tras el terremoto provocado por la creación de la comisión de grandes contratos.
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A esos méritos se encomienda ahora el PP, que busca con la maniobra desatascar la investidura. En la formación no arrojan la toalla. Conservan la esperanza, aunque son plenamente conscientes de la dificultad del escenario actual. La propuesta de Fuentes asegura el voto de Sebastián Pérez y no supone, en principio, un problema para los otros dos no adscritos, Manuel Olivares y Lucía Garrido, que nunca han mostrado reticencias respecto a su figura. Pero quedan Vox y Ciudadanos por convencer.
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Con los primeros ya ha habido contactos. La noche del jueves hubo una conversación «al más alto nivel» en la que se requirió el apoyo para evitar un gobierno del PSOE. Macarena Olona, la interlocutora de Vox, fue clara. Su formación solo considerará un candidato del PP cuando el resto de ediles que propiciaron el cambio en junio de 2019 estén de nuevo alineados. En el grupo que encabeza Onofre Miralles afirmaron ayer que no van a generar «problemas». Sin embargo, al mismo tiempo, existe la sensación de que han sido considerados como el «postre» hasta el momento y tienen claro que no serán ellos los que «paguen la cuenta».
La posición de Vox dificulta la estrategia del PP con Ciudadanos. Los populares pretenden reunir las doce firmas y volcar la responsabilidad sobre Luis Salvador. El ya exalcalde sigue instalado en la ambigüedad. Afirma con rotundidad que no va a respaldar la «inestabilidad» y abre la puerta a permitir que sea la lista más votada la que se sitúe al frente del Ayuntamiento. Sin embargo, emplea la misma fórmula que ya usó en 2015, cuando dio el bastón de mando a José Torres Hurtado después de haber dicho que no lo haría. Como entonces, no sería él sino el PP, por su negativa a permitir un candidato alternativo, el que pondría a Francisco Cuenca.
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El socialista es la otra opción que hay sobre la mesa y la que parte con ventaja en esta carrera a contrarreloj. Al ser el candidato de la fuerza con más representación, le basta con que nadie sea capaz de reunir 14 firmas para situarse nuevamente al frente del Consistorio. Su handicap son las tres imputaciones que pesan sobre él desde hace un lustro. Sin embargo, tanto Luis Salvador como Unidas Podemos han comunicado ya públicamente que no es una cuestión que impida apoyar su candidatura. La confluencia no se escondió al respecto. Hicieron saber que les consta que es muy posible que las causas queden en nada en poco tiempo.
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Con el PP atacando ese flanco, el PSOE ha cerrado filas tras Cuenca. Insisten en que es la única opción y la más capaz para devolver la normalidad a la ciudad. Su tarjeta es la de la gestión del mandato anterior, cuando logró desbloquear el Centro Lorca y el Arqueológico y centró su acción en restaurar la confianza tras el abrupto fin del gobierno de Torres Hurtado. Los socialistas, además, están moviéndose para evitar escenarios como los del mandato anterior, cuando vieron como el bastón de mando se les escapaba cuando casi lo rozaban. En los últimos días han multiplicado los contactos con todas las fuerzas y con los no adscritos, entre los que destaca Lucía Garrido.
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Ni el PSOE ni la propia concejala lo han escondido. Cuenca ya advirtió que explorarían todas las fórmulas y la propia edil reconoció este jueves que existen conversaciones. La losa del pacto antitransfuguismo se desvanece sin moción de censura de por medio. Independiente y no adscrita a ninguna formación, Garrido es libre para decidir hacia dónde va su apoyo. Nunca ha hablado de política. Siempre ha estado centrada en la cultura, su pasión. Tiene claro que hará lo mejor para Granada. Su voto, fruto de una situación excepcional en la corporación, puede ser determinante.
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