José Ramón Villalba
Miércoles, 30 de julio 2014, 18:45
La Comunidad de Regantes de la acequia Alta y Baja de Pitres está harta del capricho de un vecino que decidió hace años colocar una alambrada de espinos en su finca, en pleno Parque Nacional de Sierra Nevada, impidiendo el acceso al nacimiento de agua encargado de abastecer de líquido a los vecinos de la Tahá de Pitres y de Pórtugos, que en verano se multiplican y pueden sobrepasar los tres mil.
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Los regantes han denunciado por activa y por pasiva al propietario de esta finca, pero todo sigue igual. La alambrada les impide llegar al nacimiento de agua y, por tanto, el desvío de líquido para llenar la pantaneta responsable de abastecer a estos municipios de La Alpujarra se hace al albur de este individuo, es decir, cuando a este hombre le viene bien. El asunto mantiene enervado a estos pueblos, principalmente, porque los jueces han dado la razón a la Comunidad de Regantes y nadie hace nada para que se cumpla la orden judicial.
El problema no radica solo en la alambrada de espino que impide el acceso a los acuíferos, sino que este hombre viene presuntamente desviando el curso de este caudal para provecho de su propia finca habiendo dejado a estos municipios sin suministro en algunas ocasiones.
En el año 2012, una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Órgiva reconocía como propietario del agua de los acuíferos de Fuente Paredes, Fuente de Peñón Negro y Fuente Panima a la Comunidad de Regantes y por otro lado obligaba a este hombre a devolver a su cauce original el desvío de agua que había hecho, para provecho propio, de estos nacimientos de agua del Parque Nacional de Sierra Nevada que atraviesan su finca y son propiedad exclusiva de la Comunidad de Regantes de Pitres. El denunciado recurrió la sentencia y la Audiencia Provincial de Granada, el 3 de junio de 2013, confirmó la sentencia anterior, dando la razón a los pueblos de la Tahá de Pitres y de Pórtugos. Este hombre no es copropietario, como dice el auto, de esta agua, que solo pertenece a estos municipios.Él solo tiene derecho a su uso durante cinco días al año.
Los problemas no quedaron ahí. El pasado 30 de mayo, los alcaldes de Pitres y de Pórtugos, junto con los máximos responsables de la Comunidad de Regantes de las acequias Alta y Baja, se personaron en el puesto de la Guardia Civil de Capileira donde presentaron una denuncia porque presuntamente este hombre había desviado el curso de los acuíferos para su provecho propio, después de comprobar que el agua que llegaba a la pantaneta que nutre del líquido elemento a estas localidades redujera al 50% el caudal de entrada, poniendo en conocimiento de la Guardia Civil no solo este hecho, sino la existencia de la alambrada de espinos que impide el acceso a este nacimiento de agua de sus auténticos propietarios.
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De momento, según ha confirmado la Comunidad de Regantes a este periódico, todo sigue igual: la alambrada, que está prohibida en zona de Parque Nacional, sigue allí instalada y las dos localidades, con más de tres mil habitantes en verano, están a expensas de lo que el propietario de esta finca quiera o no quiera hacer con el agua. «Si hay una sentencia que dice que esa agua es propiedad de la Comunidad de Regantes debemos tener derecho a su acceso y a que no se desvíe nunca más. Sin embargo, nadie hace nada para restituir este derecho del pueblo».
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