El aliviadero del Cubillas crea una laguna desde la que el río retoma su cauce y sus roberas.

Donde renace el Cubillas

Ríos y arroyos de Sierra Arana y los Montes, barrancos de Píñar y el nacimiento de Deifontes llenan un embalse que reúne las aguas para dar una nueva vida al principal afluente del Genil

Juan Enrique Gómez

Martes, 1 de septiembre 2015, 01:26

Durante el estío, una fina lámina de agua baja a gran velocidad entre las paredes del aliviadero del embalse de Cubillas, lo hace de forma continua aunque la altura de las aguas no supere las barreras de contención, porque encuentra los caminos subterráneos para manar en forma de fuentes y surtidores entre las placas de hormigón del canal construido para dar paso a los sobrantes del pantano. Se desliza hacia el final de un camino en el que una cascada la deja caer en una lagunilla rodeada de una densa vegetación de ribera y coronada por enormes pinos procedentes de las repoblaciones posteriores a la puesta en funcionamiento del pantano en la mitad del siglo XX. Es un paraje creado de forma artificial que el tiempo ha naturalizado, el lugar donde renace el río Cubillas, que perdió su cauce al unir sus aguas a las de mil y un arroyos, riachuelos y barrancos para llenar el embalse, el punto en que recupera su nombre y vuelve a serpentear camino de la Vega de Granada, hacia Pinos Puente, Fuente Vaqueros y llegar hasta el cauce del Genil, donde entrega sus aguas al río que desciende de la alta montaña nevadense y muere en el Guadalquivir.

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Aliviadero

El Cubillas no tiene un nacimiento definido, procede de arroyos y surgencias de sierra Arana, que se unen en un único y pequeño cauce al que llega el río Píñar, que en realidad cambia su nombre por el de Cubillas y, desde el puente de Bular, al oeste de la localidad, inicia su descenso y fertiliza tierras colonizadas desde el neolítico. Recibe múltiples aportes de barranqueras y correntías hasta la cabecera del pantano, ubicado en el mismo lugar donde, de forma natural, el cauce se embalsaba en épocas de lluvias y continuaba su camino hasta encontrarse con el cauce del río Colomera como hace ahora aguas abajo del aliviadero, al que es posible llegar a través de los pinares que parten desde la antigua carretera de Madrid, o directamente desde la que accede a la localidad de Caparacena, que atraviesa el Cubillas a solo unos 200 metros del desagüe del embalse. ()

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