Las llamas en 2014.

Un solo imputado en diez años de incendios en Cenes de la Vega

En los últimos cinco años se han producido once siniestros, cuatro de ellos intencionados

Amanda Martínez

Lunes, 19 de octubre 2015, 01:50

El pasado 2 de septiembre las llamas volvían a cercar las casas de la zona alta del Cerro del Oro en Cenes de la Vega. El fuego arrasó más de treinta hectáreas y una pavesa se coló por la ventana de una vivienda calcinando el salón. La investigación por este suceso permanece abierta y, aunque hay indicios de que ha sido intencionado, no se ha detenido a nadie. En esta zona de Granada, muy castigada por los incendios forestales, esto no es ninguna novedad, sin embargo, en diez años, la policía autonómica tan solo ha imputado a una persona por un incendio declarado en 2005 en la zona del Barranco del Arco y fue debido a una negligencia en una quema agrícola. La guardia civil, en el mismo periodo, ha investigado tres siniestros y no ha detenido a nadie.

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Si vive en el municipio, ya se ha acostumbrado al paisaje seco que lo rodea y al color gris ceniza que oscurece el terreno de manera reiterada cada primavera y verano. El 22 de agosto del año pasado, en el paraje conocido como Lomas del Genil, que está enfrente de la zona de viviendas, se quemaron 195 hectáreas de pinar y monte bajo en uno de los incendios más complicados que se recuerdan en el pueblo. Entonces los técnicos de la Brigada de Investigación del Infoca concluyeron que este incendio fue provocado por una especie de ritual pseudorreligioso al encontrar unas vasijas de cerámica con restos de velas en los dos focos donde se originó el fuego. Un desastre medioambiental que aún no tiene responsable y que, ni siquiera en la estadística del Infoca, aparece como intencionado, sino que se considera provocado por una negligencia.

Pero para los vecinos es demasiada casualidad que todos los veranos se registren dos o tres incendios de media en el término municipal, y la estadística del Infoca lo confirma. Según datos oficiales, en los últimos cinco años se han producido un total de doce incendios forestales, cuatro de ellos intencionados. Se han declarado entre los meses de mayo a septiembre. Otros tantos han sido provocados por una negligencia y de dos de estos siniestros se desconocen las causas que los provocaron. Entre los motivos descritos como negligencias se encuentran el provocado por la utilización de un aparato de soldadura (el 28 de junio de 2010), el «juego de niños» que originó el siniestro declarado el 6 de septiembre de 2013 o los fuegos artificiales que desencadenaron el ocurrido el 19 de agosto de 2011.

El caso del Cerro del Oro

Pero un repaso por la hemeroteca de este diario desvela algunos sucesos más que no aparecen en las cifras oficiales, bien por quedarse en conatos, gracias a la rápida intervención de los servicios de extinción, o por estar en el límite con la capital granadina y, aunque los ceneros han sentido sus efectos, no se han declarado en suelo de la localidad. La zona del Cerro del Oro es la más castigada y aparece casi como un clásico estival. El 28 de julio de 2005, un fuego declarado en el Llano de la Perdiz puso en jaque al dispositivo del Infoca que tuvo que emplear todos sus efectivos en controlar un incendio intencionado por una chispa desprendida de una radial. En julio de 2006, nueve hectáreas de matorral y pastizal quedaron arrasadas y varias viviendas resultaron afectadas en un siniestro en el que la actuación de bomberos, Protección Civil e Infoca, junto al apoyo de un avión y tres helicópteros, evitó el desalojo de los vecinos por muy poco, aunque en varias viviendas de las urbanizaciones que rodean el barranco las chispas quemaron toldos, chamuscaron las plantas y derritieron algunos objetos situados en el exterior. El 30 de julio de 2010, el trabajo de 46 especialistas, dos aviones y cuatro helicópteros dejaron en apenas una hectárea la superficie afectada. El 2 de julio de 2013 ardieron dos hectáreas y, aquel verano, el fuego volvió al barranco el 6 de septiembre y el 25 de agosto, en este caso en un solar de la cercana calle Vista Blanca, que amenazó las viviendas cercanas y en el que una vecina tuvo que ser atendida por intoxicación por humo. Un año después, se registraron en la zona varios conatos el 17 de junio y el 23 de julio este último con el resultado de importantes daños materiales en viviendas afectadas y por el que se identificó a un menor como responsable.

Vecinos en alerta

Los ceneros llevan años quejándose de los reiterados sucesos que destrozan su entorno natural y que amenazan a sus viviendas. El actual alcalde de la localidad, Juan Ramón Castellón, ha declarado a este periódico que el municipio va a actuar, «a consultar con expertos las medidas a tomar para prevenir de cara a la próxima primavera y, de manera inmediata hacer campañas de concienciación dirigidas a los más jóvenes. También se va a exigir a los propietarios de los solares abandonados que los mantengan limpios». Asegura que el ayuntamiento cumple con los requisitos que exige el Plan de Emergencia de Incendios Forestales en el que el término municipal completo está incluido como zona de peligro. El anterior equipo municipal, ante grave el siniestro del año pasado, solicitó adecuar el cauce del Genil y la construcción de una pantaneta que permita a los helicópteros tomar agua y actuar, lo más rápido posible, ante las llamas.

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