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Las grandes raíces de uno de los almeces centenarios de la cuesta del Rey Chico.
Testigos del clima y la historia

Testigos del clima y la historia

Los viejos almeces de las huertas del Generalife cuentan la evolución de la Sabika asomados a la Cuesta de los Chinos

Juan Enrique Gómez

Martes, 12 de enero 2016, 01:59

Las raíces centenarias se aferran a los conglomerados arcillosos de los taludes de la Huerta Colorada, en la linde del Generalife con la cuesta de los Chinos, junto al antiguo acceso que desde la torre de los Picos se interna en los territorios de los palacios de verano de los reyes nazaríes. Son pies de almeces, los árboles de pequeños frutos negros, agridulces, que los granadinos llaman almecinas, ejemplares de Celtis australis, una especie que forma parte de la típica vegetación de ribera de clima mediterráneo y que en la colina de la Alhambra ha encontrado, desde hace más de cinco siglos, uno de sus principales hábitats -en España está en Levante y Sureste de Andalucía-, ejemplares que tradicionalmente han sorprendido a quienes caminan por la cuesta de los Chinos (o del Rey Chico) por sus extrañas y fantasmagóricas formas, y que no sólo son parte de las huertas, sino que se han convertido en registros vivos de la evolución climática de la colina de la Sabika, y por extensión, de Granada.

Estudio

Creadores de ecosistemas

  • Los almeces del Generalife fueron plantados de forma original como elementos para contener los muros de las huertas aterrazadas. Es una especie originaria de bosques umbríos y de ribera, que tradicionalmente se ha usado en territorios agrícolas como relleno de bordes de cultivo y separación de caminos, acequias y cursos de agua, lugares donde genera nuevos ecosistemas entre los cultivos y la vegetación natural, lo que favorece la vida de una gran cantidad de especies animales, sobre todo aves que se alimentan de sus frutos, en la Alhambra, en especial, el escaso picogordo.

  • Puede alcanzar hasta 30 metros de altura y medio metro de diámetro, y su vida estimada se encuentra en algo más de 600 años.

Científicos de la Universidad de Córdoba, Rafael Navarro Cerrillo y Raúl Sánchez Salguero, han estudiado los almeces de la Huerta Colorada como elementos significativos de la riqueza vegetal del Generalife, un trabajo que forma parte de una investigación multidisciplinar que bajo el título 'Huertas del Generalife, paisajes agrícolas de Al-Andalus, en busca de la autenticidad', ha sido publicado por la Biblioteca de la Alhambra, junto a la UCO y la Junta de Andalucía. Los científicos han utilizado métodos de dendrocronología para conseguir dataciones con las que poder determinar la edad de los pies de almez de las huertas alhambreñas, y aseguran que las muestras obtenidas de un total de 11 ejemplares, sitúan la edad hasta los puntos en los que se han podido extraer muestras sin dañar al árbol, de entre 121 años el más viejo y 48 el más joven, pero afirman que en casi todos ellos, las raíces más profundas podrían llegar a la época andalusí. Indican que las cepas originarias de estos ejemplares, en especial los grandes almeces de la cuesta de los Chinos, pueden remontarse a cinco siglos atrás, ya que hay referencias escritas de la presencia de esta especie en la época del Reino Nazarí.

Las pruebas realizadas arrojan datos muy interesantes para conocer el devenir del tiempo entre 1886 y la actualidad. Las marcas obtenidas en los 'testigos' de madera extraídos de los árboles, indican, por ejemplo, que entre 1886 y 1902 experimentan un importante crecimiento, lo que señala que las temperaturas fueron suaves, no hubo sequías significativas. Por el contrario en la mitad del siglo XX el crecimiento fue menor, con valores mínimos en 1950, lo que indica una época de sequías extremas con cortos periodos húmedos; entre los sesenta y los ochenta, el tiempo se recupera, las huertas experimentan una mayor actividad y los almeces lo agradecen con un mayor crecimiento, que se vuelve a venir abajo en los últimos tiempos debido a dos factores: la persistencia de sequías desde el final de los ochenta hasta ahora y la menor actividad de cultivos en las huertas, lo que incide directamente a los almeces que ahora crecen menos que en décadas anteriores.

Los datos de este estudio son fundamentales para la toma de decisiones que afecten al futuro de la masa vegetal de la colina, la ribera del Darro y el tajo de San Pedro, ya que los almeces son los árboles más numerosos en esta zona del espacio natural alhambreño, con ejemplares de más de diez metros de altura que crecen en el bosque que cae sobre el río.

Las hojas y almecinas tapizan las piedras del antiguo acceso a los recintos palatinos, muestran que las largas varas que se levantan hacia el cielo son ramas de almeces, árboles básicos para la estabilidad del bosque de la Alhambra, una privilegiada isla ecológica en el interior de Granada.

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