Juan Enrique Gómez
Domingo, 14 de febrero 2016, 02:06
Entre dos luces, poco antes del anochecer, junto a un remanso de aguas en el cauce del río Cacín, se oye un continuado silbido seguido de secos 'estornudos'. Es la señal inequívoca de la presencia de nutrias que se desplazan junto a la corriente. El sonido de un mamífero que puede considerarse como el gran pescador, un mustélido algo más grande que un tejón, cuyas poblaciones se habían reducido hasta el punto de considerarse una especie extinta en algunas zonas de la provincia de Granada, donde habitaron hasta mediados del siglo XX. Una situación que los científicos aseguran que ha cambiado y la nutria vuelve a ocupar parte de sus territorios históricos, en una reconquista que parece haberse iniciado en las zonas altas del río Guadalhorce en Málaga y conectado con el Genil a través de sus afluentes situados en la comarca de Poniente, los ríos Alhama, Cacín y Frío, con poblaciones detectadas en estos cauces. Un recorrido que no se ha parado ahí, ya que los últimos estudios indican que las nutrias están a las puertas de la ciudad y que los vertidos de los pueblos de la margen izquierda del río en la Vega y la barrera del encauzamiento del Genil a su paso por la capital, es la causa de que no logren dar el salto hacia los tramos altos del río y entrar en Sierra Nevada.
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Hay datos que demuestran que las nutrias han llegado a zonas muy cercanas a la capital en su camino hacia la cabecera del Genil. La única posibilidad que tienen para poder superar la barrera del encauzamiento del río a su paso por Granada, es que se construyan pasos especiales para peces y para las nutrias, y se habiliten isletas de vegetación ribereña, además de rampas para salvar las esclusas. Un estudio del Parque Nacional afirma que la sierra posee las condiciones que las nutrias necesitan. Por el momento, las nutrias ya llaman a las puertas de la ciudad.
Un equipo de científicos y naturalistas de la Asociación Wilder South, en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente y el Parque Nacional de Sierra Nevada, esperan la puesta en marcha de un proyecto de recuperación piscícola de los ríos con posibilidades de albergar poblaciones de nutria en la provincia de Granada, especialmente el Guadiana Menor, el río Fardes, la cuenca del Genil y parte del río Guadalfeo, donde se ha detectado la presencia de este mamífero a pesar de ser una cuenca en la que no había datos de su existencia. «Las nutrias han experimentado una importante recuperación de su área histórica, especialmente en la cuenca del río Genil y en el río Fardes, de manera que en 2014-2015 se alcanzó su máximo conocido», afirman los miembros del equipo de trabajo de esta organización para la protección de la biodiversidad del Mediterráneo, con la participación del biólogo, José María Gil Sánchez, considerado uno de los mayores expertos españoles en mamíferos carnívoros, que ha realizado seguimientos de nutria en Granada desde la década de los ochenta, por lo que es posible comparar la evolución que ha experimentado.
Las investigaciones desarrolladas por biólogos de la Junta de Andalucía entre los años 2003 y 2005, (Elena Ballesteros-Duperón; J. M. Barea; J. M. Gil Sánchez, M. Moleón y Manuel Chirosa), para estudiar la distribución de la nutria (Lutra lutra) en la provincia de Granada, alertaron sobre el negativo efecto que sobre los ríos y la fauna piscícola ha tenido la falta de depuración de los vertidos de los pueblos; la proliferación de presas y azudes, y la desecación de arroyos, que habían provocado un descenso considerable de las poblaciones de peces, sobre todo trucha, barbos y cachos, lo que provocó que el número de nutrias en los ríos en los que estaba casi confinada, fuese irregular y que el incremento detectado en 2003 se convirtiese en descenso solo dos años después.
Pero la situación ha cambiado con el paso de los años, gracias a la protección de determinados espacios naturales, y a que se haya aumentado la depuración de aguas residuales, por lo que la nutria recupera sus cauces y ha iniciado una colonización de otros que había perdido hacía décadas.
Según los responsables del estudio para el proyecto de recuperación piscícola de los ríos, con solo una pequeña ayuda, como es la repoblación de ríos con truchas y la construcción de estructuras que les permitan salvar los obstáculos puestos por el hombre sobre los cauces, una de las más bellas especies de la fauna autóctona mediterránea podrá regresar a sus dominios ancestrales.
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