Crimen en Granada
El padre de los niños asesinados en Huétor Tájar tuvo que huir de la casa cuando el abuelo lo encañonóCrimen en Granada
El padre de los niños asesinados en Huétor Tájar tuvo que huir de la casa cuando el abuelo lo encañonóEl caso del hombre que se atrincheró en Huétor Tájar con sus dos nietos, menores de edad, ya desató todas las alarmas en la noche del domingo, antes de la muerte de los tres. El perfil del hombre y el hecho de que hubiera dos ... niños que estaban en riesgo potencial, hizo que se activara al grupo de élite de la Guardia Civil, que tiene base en Madrid. La Unidad Especial de Intervención se desplazó de forma urgente desde la capital hasta llegar en poco tiempo a Huétor Tájar. Junto al domicilio del hombre estaban también los agentes de Guardia Civil de la zona, agentes de la Policía Local y equipos médicos, por si fuera necesario atender a alguien.
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Según ha podido saber este periódico, los hechos arrancan con una discusión entre el abuelo y el padre de los niños. Los motivos exactos de la discusión no han trascendido, pero parece que la relación no era buena desde que la abuela y la madre de los niños (la esposa y la hija del presunto homicida) murieran hace dos meses en un accidente de tráfico cuando iba el hombre al volante. El encontronazo ocurre el domingo por la tarde en casa de los niños y el abuelo llega a encañonar a su yerno con la escopeta. Ante la amenaza, el hombre huye con el temor de que llegue a dispararle. Pero los niños quedan con el abuelo, que se los lleva a su casa.
El vecino de 72 años, armado, llegó a hacer un par de disparos desde el balcón de la vivienda, tras lo que se encerró en la casa con los niños.
Posteriormente, el mayor de los nietos llegó a llamar por teléfono a su padre, desde el teléfono del abuelo, para pedirle quedarse a dormir con el anciano. Según ha podido saber este periódico, el padre de los dos niños le pide al chaval que deje que lo vea un médico, porque aún está con una pierna escayolada por las secuelas del accidente de tráfico. Los investigadores señalan que los niños no estaban nerviosos, aparentemente, cuando hacen esa llamada. Tenían mucha relación con el abuelo y el propio padre les comenta que el abuelo y los niños se quieren mucho.
Esa llamada, que se produce al filo de las once de la noche, es la última vez que se tiene constancia de los niños, según ha podido saber este periódico. Posteriormente, no hay mas comunicación con ellos.
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Al filo de las 21.45, al encerrarse el abuelo con los niños, los familiares alertan al 112. El hombre no llega a amenazar con matarlos de forma directa.
Baja persianas y cierra cualquier rendija que permita ver lo que ocurre en el interior. Blinda el espacio para que no se oiga ni se vea lo que pasa en la casa. Tampoco parece muy dispuesto a negociar.
Al conocerse la situación, la Guardia Civil activa a la Unidad Especial de Intervención, el equipo de élite del instituto armado. Acuden con negociadores y con interventores. Una vez allí, tratan de ganar tiempo para que salgan con vida los tres. Trabajan con la hipótesis de que están los tres vivos y tratan de dialogar con el hombre.
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El padre de los niños, y yerno del hombre armado, sigue por la zona. El varón contempla impaciente todo el operativo para tratar de sacar con vida a sus hijos de la casa. Muy nervioso, los efectivos que hay en la zona tratan de calmarlo mientras intentan convencer al abuelo de que salga.
Pero durante la madrugada hay un momento en el que deja de comunicarse con ellos. Ocurre unas horas antes de que la unidad decida entrar. Sobre las 5 de la mañana se comunica por última vez. Dice que va a preparar a los niños para ir al cole y que los deja. Ya no hay más contacto.
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Sobre las 08.30, los agentes de la Guardia Civil usan carga explosiva para echar la puerta abajo. Son las detonaciones que escuchan los vecinos a esa hora, porque desde que llegan los agentes de Guardia Civil no se oyen más disparos. Fuentes cercanas a la investigación explican que «la casa está blindada, bunkerizada, no se oye nada de lo que pasa dentro».
Una vez que entran, los agentes encuentran ya los tres cuerpos sin vida. Trabajan con la hipótesis de que los tres llevaban ya horas sin vida cuando los agentes acceden al interior. Será la autopsia la que ratifique la hora exacta de la muerte. A los niños los encuentran a cada uno en una habitación. Uno de ellos presenta heridas de disparos, el otro no, pudo morir asfixiado.
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Pasadas las 9 de la mañana, y aunque inicialmente hubo algunas informaciones confusas, se confirma el peor de los presagios. El hombre habría acabado con la vida de sus dos nietos y posteriormente se habría suicidado.
El levantamiento de los cuerpos se produjo pasadas las 12.00 de la mañana y los agentes de Policía Científica siguieron en la zona recabando más datos para tratar de esclarecer los hechos.
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