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Gran susto el pasado martes en Huétor Tájar a la hora de la salida del colegio. Un autobús en el que viajaban, al menos, 30 escolares acabó chocando con una farola tras una indisposición del conductor. Un suceso que quedó en un pequeño sobresalto, pero que podría haber sido una desgracia.
Todo ocurrió sobre las 15.00 horas. El vehículo encargado de recoger a los menores de edad que salen del IES Américo Castro llegó puntual, esperó a los chavales y se dirigió a realizar la ruta hacia Moraleda de Zafayona, de donde son muchos de los menores. Pero, poco después de emprender el camino, algo pasó. El conductor del autobús, un hombre de 60 años de edad, se salió de la calzada y acabó chocando con una farola, lo que hizo que el vehículo se detuviera. El motivo del accidente fue que este profesional del transporte sufrió una indisposición. De repente se sintió mareado y no pudo evitar perder el control del vehículo. No iba a mucha velocidad y ninguno de los escolares salió herido.
Hasta el lugar de los hechos se desplazaron Policía Local de Huétor Tájar, Guardia Civil y sanitarios, que trasladaron al conductor al centro de salud del municipio, ya que se sentía bastante mareado y desorientado. Una vez allí, los médicos recomendaron su traslado hasta el Hospital de Neurotraumatología de Granada, ante la sospecha de que lo que le pasaba podría ser un ictus. De hecho, este jueves seguía ingresado en observación y a la espera de pruebas.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad que asistieron en el momento al autobús accidentado resaltan que el vehículo se encontraba todavía dentro del casco urbano y que no llevaba demasiada velocidad, dos factores que pudieron evitar una tragedia. Tras conocerse la noticia, la mayoría de padres recogieron a sus hijos sanos y salvos.
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