El agua ha anegado por completo las instalaciones del catering HyR, uno de los negocios que hay en la zona rural afectada por el desborde del Arroyo Milanos en Montefrío. alfredo aguilar

Más de cien viviendas de Montefrío e Íllora quedan sumergidas en el caos y el barro

Los alcaldes pedirán la declaración de zona catastrófica ante los graves destrozos que deja la riada en casas, coches y caminos

Jueves, 23 de septiembre 2021, 01:28

Las zonas rurales de Montefrío y la calle del Barranco en Alomartes (anejo del municipio de Íllora) empezaron ayer a sacudirse el barro y a hacer el primer recuento de destrozos conscientes de que ambos pueblos del Poniente granadino tardarán aún días en volver a ... la normalidad después del azote de la tromba de agua que, en apenas media hora durante la tarde del martes, descargó sesenta litros de agua por metro cuadrado y generó el pánico entre decenas de familias.

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Las máquinas de la Diputación provincial trabajaron durante toda la noche y lograron dejar despejadas, a primera hora de ayer, todas las carreteras provinciales que unen Montefrío con Alcalá la Real, Huétor Tájar y Tocón que quedaron cortadas por la tromba de agua y granizo. También, en las primeras horas de la tarde, quedaba restablecido el suministro de agua potable que se cortó en la localidad de Alomartes al resultar dañadas las tuberías.

Pero por delante queda una tarea ingente de limpieza y reparación de daños privados en las más de cien viviendas que han quedado sumergidas en el caos y el barro entre los dos pueblos o para reparar las decenas de kilómetros rurales que han quedado impracticables.

En Montefrío, la tormenta desbordó el arroyo Milanos y generó una gran riada que arrasó a su paso con viviendas y vehículos en los quince kilómetros de recorrido que tiene el cauce del arroyo por el término municipal.

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En esta localidad son cincuenta las viviendas afectadas pero en una decena de ellas, en las zonas rurales de Arroyo Milanos y Las Angosturas, se puede decir que las familias lo han perdido prácticamente todo. El destrozo es descomunal.

La jornada en todo este entorno rural del Arroyo Milanos y en la zona llamada de Venta Conejo y las Angosturas fue de intenso trabajo, con auténticos batallones de vecinos ayudando a los más perjudicados a sacar barro de sus viviendas a la vez que las máquinas despejaban carreteras, entradas de las viviendas que quedaron aisladas y caminos rurales. A la vez, tanto los técnicos municipales de los Ayuntamientos, como los de la Diputación de Granada, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y las oficinas comarcales agrarias realizaban ayer sobre el terreno el primer balance de daños de las zonas afectadas.

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El jefe de Protección Civil de Montefrío, Javier Jiménez, recordaba ayer que las primeras horas, después de la tormenta, fueron frenéticas, ya que tuvieron que centrarse en rescatar a los vecinos de las viviendas que habían quedado literalmente rodeadas y abrir caminos con máquinas para que saliera el agua.

De milagro

Por fortuna no ha habido que lamentar daños personales, pero como recordaba la alcaldesa, Remedios Gámez, muchos vecinos se vieron en peligro «y piensan que están vivos de milagro».

Además de los daños materiales que han sufrido viviendas y negocios, la alcaldesa se mostraba especialmente preocupada también por los caminos rurales. «Han quedado hechos un desastre, en las primeras horas hemos podido abrir paso y quitar las piedras pero decenas de caminos están muy dañados y son muy necesarios para que la gente pueda ir a trabajar al campo», contaba la regidora, que estuvo durante toda la jornada visitando a las familias más afectadas e informándoles de que se han abierto oficinas para ayudarles con las declaraciones de daños.

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El alcalde de Íllora, Antonio Salazar, hacía lo propio en la calle del Barranco, en pleno casco urbano de Alomartes, donde se concentran los daños de este municipio, además de en el anejo de Tocón. La prioridad, en el caso de Íllora, fue restablecer el suministro de agua potable, que quedó cortado parcialmente por los daños que la tromba de barro provocó en el manantial de nacimiento del agua y en las tuberías de suministro.

Oficinas de daños

Igualmente los trabajadores municipales dieron prioridad a la limpieza de los patios del colegio de Alomartes, que estaban llenos de fango, para que los alumnos del centro educativo pudieran recuperar la normalidad.

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«La jornada está siendo de muchísimo trabajo, absolutamente toda la capacidad que tiene el Ayuntamiento, todas las máquinas y el personal están aquí en Alomartes», explicaba el alcalde, Antonio Salazar. En el municipio también se han habilitado oficinas para ayudar a los vecinos a reclamar al seguro y realizar declaraciones de daños.

El alcalde también explicó que a raíz de la tromba resultaron heridos leves siete vecinos, con esguinces y otras lesiones por caídas al entrar el agua en sus viviendas.

Coches perdidos y negocios que tienen que empezar de cero

Entre los daños que ha dejado la riada están lo vehículos. En Íllora el agua se llevó por delante cincuenta, entre ellos veinte que estaban en reparación en un taller. En Montefrío ayer seguían buscando doce vehículos, que también fueron arrastrados por el agua. Ana Guzmán encontró el suyo ayer en mitad de una finca de olivos, cerca del restaurante de su hija, Casa Jaime, en la zona de las Angosturas de Montefrío. Es uno de los negocios que tendrá que empezar de cero tras esta riada, al igual que la empresa de catering HyR. «Servimos a guarderías y a personas dependientes así que por ellos vamos a ponernos en pie lo antes posible», aseguraba su propietaria.

La primera estimación que realizaban ayer desde el Ayuntamiento es de una cincuenta viviendas afectadas, principalmente en bajos y cocheros, además de otro medio centenar de vehículos destrozados. También el diputado de Obras Públicas, José María Villegas, estuvo ayer en ambos municipios para seguir los trabajos en las carreteras provinciales que han quedado dañadas y ofrecer el apoyo de la institución provincial a los alcaldes para las tareas de limpieza.

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Ambos alcaldes, Remedios Gámez y Antonio Salazar, anunciaban ayer su intención de poner en marcha los trámites para solicitar la declaración de zona catastrófica, tanto para tratar de financiar la restauración de infraestructuras públicas, caminos y gastos de limpieza como para que los vecinos damnificados puedan acceder a ayudas.

Las ayudas

Este jueves ambos regidores tienen prevista una reunión con la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López Calahorro, en la que los representantes del Gobierno central informarán a los alcaldes del procedimiento para solicitar la catalogación de zona catastrófica, que ahora se llama 'Zona afectada gravemente por una emergencia de Protección Civil'.

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«Tendrán que hacer una memoria de daños y tramitaremos toda la documentación ante el ministerio del Interior en Madrid, que será finalmente el que decida si se concede la declaración que permite acceder a ayudas que cubren hasta el 50% de todos los daños», explicaba la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López Calahorro, que también quiso brindar a los municipios el apoyo del Gobierno central para recuperar la normalidad.

Independientemente de esta vía de la declaración de zona catastrófica, la subdelegada también destacó que existen otras ayudas, reguladas por el Real Decreto 307/2005 para las situaciones de grave riesgo por desastre natural que van a permitir acceder a la financiación pública para restablecer servicios esenciales, viviendas y enseres de primera necesidad para las viviendas que no están aseguradas.

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A la reunión asistirá también el alcalde de Loja, ya que esta localidad también sufrió daños por la tormenta, junto a Huétor Tajar, Láchar, Chimeneas y Huéscar.

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