![«Ha sido duro, pero ahora volvemos a vivir»](https://s2.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/202104/14/media/cortadas/mayores_playa-kiUG-U14046083857tXF-1248x770@Ideal.jpg)
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LAURA GAUTIER
Miércoles, 14 de abril 2021, 00:39
Tras un año encerrados, sin besos ni abrazos y viendo el mundo solo a través de los medios o las ventanas, las residencias de mayores de la provincia están volviendo a abrir sus puertas una vez concluido el periodo de vacunación. Aunque algunas prefieren mantener ... la cautela por el incremento de casos que está experimentando la provincia y limitarse a organizar salidas con familiares o por el entorno, otras se han decidido a organizar excursiones -manteniendo siempre todas las medidas de seguridad-, un auténtico regalo para los residentes, que anhelan respirar otro aire y ver otras caras.
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Como si fueran niños en un día de Reyes, los mayores de la residencia María Auxiliadora de Churriana se levantaron ayer con una ilusión desbordada, con una emoción que incluso les quitó el sueño porque, por fin, tras meses encerrados volverían a ver el mar.
Aprovechando que los familiares de una residente regentan un chiringuito en Calahonda, el centro organizó ayer una salida a la playa de los barcos y el agua cristalina. Luis López de Priego, terapeuta ocupacional ha sido uno de los trabajadores que ha acompañado a los mayores. Él explica que para muchos la salida ha sido excepcional, no solo porque llevasen mucho tiempo encerrados, sino porque algunos llevaban años sin ver el mar.
«Ha sido muy especial, tenían otra cara. Por la mañana las señoras se han pintado, se han puesto colonia... Alguna ni siquiera ha dormido», relata. Tal es el caso de Teresa, o Valentina, de 94 años, que se llevó de recuerdo una foto en la arena.
Montar a caballo
Los siete residentes que han vuelto a remojarse los pies en el mar y disfrutado de un arroz con vistas volverán a participar en otra actividad fuera del centro el próximo martes: irán a Cenes donde desarrollarán una terapia con animales. Concretamente, aprenderán a montar a caballo, un acontecimiento al que se sumará una visita al Parque de las Ciencias y a Huerto Alegre.
Según especifica Luis López, desde la residencia se está fomentando la vida fuera del centro y del pueblo. «Antes de la pandemia organizábamos de tres a cuatro salidas de la semana y de eso a quedarse sin nada... Ha sido duro, pero estamos volviendo a vivir».
A este tipo de iniciativas se sumará la próxima semana la residencia La Encarnación, de Cájar, que tiene pendiente cerrar la reserva en un restaurante en Almuñécar para que sus mayores bajen a la Costa la semana que viene. A su vez, en Maracena están apostando por organizar salidas organizadas en grupos por el entorno del centro. Así lo explica Samia Molero, directora de la residencia de la localidad que especifica que los residentes también están saliendo acompañados por sus familiares, siempre con cita previa y manteniendo las medidas de seguridad.
Otras residencias de la provincia, por el contrario, se están decantando por esperar y prefieren mantener la cautela ante el incremento de casos que se están dando en muchos municipios de la provincia y que podrían desembocar, de nuevo, en un cierre perimetral.
Cancelado por los datos
Así lo entienden desde la residencia Fuente de la Salud en Padul, donde tenían pensado organizar un picnic en la Laguna de la localidad y que finalmente han decidido cancelar. Y es que la localidad se está acercando peligrosamente a los 500 contagios por cada 100.000 habitantes, con una tasa de 495 a día de ayer.
«Aún es muy pronto, para organizar actividades. La realidad es que los casos siguen aumentando y preferimos esperar para garantizar la seguridad», afirma Juanjo Carrillo, director de la residencia Caxar de la Vega donde, en cualquier caso, autorizan salidas con los familiares tras test serológicos, algo que también organizan en la residencia Balcón de la Zubia o en La Milagrosa, en Armilla, donde mantienen los grupos burbuja que tenían establecidos para organizar actividades al aire libre.
También en la residencia Corazón de Jesús de Otura prefieren esperar y organizar otro tipo de actividades. En concreto, este centro está apostando por desarrollar una estrategia en la que el centro se integre en la vida del municipio, aunque, por el momento, esto sea de forma online hasta que las vacunas lleguen a toda la población.
Concretamente, están organizando una iniciativa en colaboración con el colegio de la localidad para intercambiarse vídeos de forma que el alumnado aprenda a valorar y respetar a sus mayores desde pequeños. Una iniciativa que se enmarca en lo que su director, Moisés, denomina una «intervención intergeneracional», una medida pionera que los países nórdicos llevan ya muchos años desarrollando y que, en un futuro, incluirá visitas de otros colectivos de mayores o la organización de actividades conjuntas de forma que la residencia tenga sus puertas siempre abiertas, de forma simbólica, algo que requieren los residentes para su bienestar siempre, no solo en tiempos de pandemia.
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