Crimen en Huétor Tájar

Una familia «de toda la vida» del pueblo marcada por la tragedia

El hombre de 72 años que ha acabado con la vida de los dos menores era «conocido de todo el mundo», al igual que el padre de los dos niños, de 10 y 13 años. «Era una familia normal, humilde, gente trabajadora, buenos vecinos...», señala el regidor, que apunta que el abuelo «estaba jubilado tras trabajar durante muchos años en una empresa de áridos». Por su parte, el padre de los niños es administrativo en el instituto del municipio.

El progenitor ha tenido que ser «sedado» tras conocer la noticia. Un suceso que nadie podía imaginar. El alcalde hueteño insiste en que el accidente del pasado mes de marzo en el que el hombre de 72 años conducía un vehículo que se estrelló contra un muro y en el que murieron su mujer y su hija dejó muy marcado a este vecino de la localidad. «Se sentía culpable por el accidente», ha apuntado, pero «nunca pensábamos que iba a llegar este extremo», apostilla.

De hecho, el viernes pasado, dos días antes de que se desencadenaran los terribles acontecimientos que han terminado con tres fallecidos de la misma familia, se celebró una prueba deportiva en la que se pudo ver al abuelo junto a sus nietos. «Hubo una carrera en el instituto e iban los compañeros llevando a uno de los niños fallecidos en una silla de ruedas porque aún tenía problemas en la pierna, y el abuelo iba con la bicicleta detrás. Quién nos iba a decir que tres días después nos íbamos a encontrar con este fatal desenlace», explica Fernando Delgado.

El menor de los hermanos estudiaba en el Colegio San Isidro, mientras que el mayor cursaba sus estudios en el instituto del municipio. «Imaginaos cómo están los compañeros y trabajadores de los centros», ha recogido el alcalde de Huétor Tájar. Un acontecimiento que «ha llegado al corazón a todo el mundo. Nos ha dejado a todos echos polvo», reconoce el regidor, visiblemente afectado.

Delgado insiste en que «tiene que haber tenido algo grave en la cabeza para hacer lo que ha hecho», porque el hombre había mostrado siempre una actitud de «normalidad» en una familia de la que no se esperaba algo así.

Dos meses en los que se ha escrito dos episodios que engrosan, tristemente, las páginas de sucesos de Huétor Tájar, un tranquilo municipio de poco más de 10.000 habitantes que llora la muerte de tres de sus vecinos en un suceso inesperado: «Ya el día del accidente fue un día trágico para Huétor Tájar, nos afectó mucho a todos, pero esto ha superado todo», sentencia su alcalde.