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Laura gautier
Padul
Miércoles, 17 de febrero 2021, 00:43
La Laguna de Padul es uno de los orgullos de sus vecinos y uno de los reclamos turísticos del pueblo. Es habitual ver hileras de senderistas cada domingo recorriendo el sendero de madera que se instaló hace unos años para dar forma a la ... llamada Ruta del Mamut, en honor a la aparición de restos de este animal prehistórico en la zona. Sin embargo, a día de hoy, este humedal protegido –el más grande de la provincia– carece de plan de gestión y no cuenta con servicios turísticos ni medioambientales desde hace dos años, cuando la Junta de Andalucía adjudicó por última vez la gestión del Aula de Naturaleza El Aguadero.
A estos problemas se suman los vertidos de la depuradora de la zona, que no cuenta con tratamiento terciario y, además de oscurecer el agua, amenazan con destruir la vegetación y la fauna autóctona de la laguna, ya mermada de por sí por la presencia de un pez invasor: la carpa, que se come las larvas de los anfibios y especies como el cacho, que antes podían verse merodeando por allí.
Así lo denuncian desde Izquierda Unida. Su portavoz, Emilio José Santiago, lamenta que, a pesar de estar protegida en todos los estamentos posibles (CEPA, a nivel europeo, en el LIC), «la realidad es que no está nada protegida. Nunca ha existido un plan de gestión ni se invierte absolutamente nada, ni ahora con la pandemia, ni antes», afirma.
El Ayuntamiento, por su parte, incide en que no cuenta con los recursos suficientes para mantener en estado de revista el humedal, que tiene una extensión de más de 327 hectáreas y cuya protección, al estar encuadrado dentro del Parque Natural de Sierra Nevada, corresponde a la administración autonómica.
El consistorio está a la espera de que la Junta de Andalucía –con la que este periódico ha intentado contactar, sin respuesta– saque a licitación la gestión del Aula de la Naturaleza, un servicio que en localidades que también cuentan con humedales de este tipo, como Motril, sirve para hacer avistamientos y suelta de aves, anillamentos y organizar voluntariados. En Padul, además, servía para tener a una persona siempre pendiente, que daba información a los turistas y hacía labores de vigilancia y control de las aves y controlaba la fauna.
El alcalde del municipio, el socialista Manuel Villena, teme que el hecho de que el recinto siga cerrado les imposibilite poner en marcha los campos de voluntariado que organizan desde la Consejería de Medio Ambiente y que ya peligró la última vez que pudieron organizarlo. Sin embargo, confía en la promesa de la Junta de Andalucía, que les ha asegurado que los pliegos para adjudicar este servicio saldrán próximamente.
El regidor reconoce que todo lo relacionado con el mantenimiento del humedal «siempre ha ido lento», pero, «pese a su estado, la promoción y lo que repercute en el pueblo a nivel turístico, ha dado un vuelco en los últimos años».
Para solucionar los problemas de los vertidos de la depuradora, lo que se contempla –y se pide– es instalar un colector que se lleve el agua al puente de Cozvíjar y deje de mover los sedimentos del humedal, lo que provoca que se oscurezca y que los peces mueran por falta de luz.
Chus Fernández, parlamentario andaluz por IU-Podemos en Granada, indica que esta iniciativa se presentó como una proposición no de ley junto a una petición para que se investigaran unos vertidos de lodo que se produjeron de manera irregular, puesto que no se respetaron los periodos establecidos para este fin.
«Lo próximo que queremos hacer es fiscalizar los resultados de esa investigación y ver en qué ha quedado esa proposición no de ley», afirma Fernández, que en función de lo que les respondan presentará más iniciativas o solicitará una reunión con la delegación de Medio Ambiente.
Con los recursos justos y una pandemia asolando el país, el Ayuntamiento de Padul reconoce encontrarse en problemas para quitar las malas hierbas que obstaculizan el camino y mantener en buenas condiciones las pasarelas que guían la 'Ruta del Mamut', que cuando llueve se inundan –como ocurrió tras el paso de la borrasca Filomena– y hacen el paso imposible.
Muchos tramos a lo largo del sendero, que ocupa alrededor de ocho kilómetros, presentan muy malas condiciones y obligan a escoger siempre el mismo camino, porque hay otros por donde, simplemente, no se puede pasar.
El alcalde de la localidad, Manuel Villena, no niega la evidencia y reconoce que «todo es mejorable», pero afirma que la enorme extensión de la zona hace muy complicado su mantenimiento periódico: «Destinamos para ello mucho personal que, ahora, con la pandemia, hemos tenido que reubicar en otras actividades». Cuando acaban de limpiar la maleza, esta ya ha vuelto a crecer por el principio.
«Es verdad que para un Ayuntamiento es muy complicado mantener esas instalaciones, pero si tú mismo has decidido poner ese servicio, tiene que estar en condiciones», critica desde IU Emilio José Santiago.
Para buscar una solución al problema y lograr que las pasarelas esté en condiciones, el Ayuntamiento contempla ligar el centro de interpretación de la Laguna al Aula de la Naturaleza, para darle soporte y, en vez de pedirles un canon por la explotación, solicitarles vía convenio que sea la empresa adjudicataria la que se encargue del mantenimiento del sendero y el desbroce.
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