Exactamente 14 años llevaban Tamara y Miguel esperando la que debía ser una de las fechas más felices de su vida, el día de su boda. Desde que se conocieron hace más de una década, habían tenido en mente casarse. Sin embargo, un incendio en ... el cuadro de luces del hotel en el que celebraban su boda el pasado sábado hizo que su cuento de hadas se convirtiese en una pesadilla difícil de creer. «De repente, se fue la luz. Vimos un montón de humo y unas llamas que nuestros propios invitados tuvieron que sofocar», explica Miguel todavía conmocionado por lo sucedido durante la celebración. Tamara, que no paraba de llorar, reconoce que fue difícil de asimilar que su boda se convirtiese en un «desastre» después de todos los preparativos.
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La pareja, procedente de Albuñán, se casó en Guadix. Posteriormente, inició un trayecto de una hora en coche para llegar hasta el lugar en el que desde hace un año tenían planeado celebrar su día junto a más de 160 invitados. No sabían entonces que estarían desde las diez de la noche hasta pasadas las tres de la madrugada que duró la fiesta a oscuras. «Cenamos con una vela y partimos la tarta alumbrados por la linterna de un móvil. Así tuvimos que hacer también el baile», lamenta Tamara acerca de una situación que incluso llegó a rozar lo surrealista. Además de estar sin luz ni aire acondicionado en buena parte del salón en el que se encontraban, también tuvieron problemas con la distribución de la comida. No había platos suficientes para todos los comensales y les repartieron los de otra boda celebrada ese mismo día. «Hubo gente que se marchó sin cenar, nos pusieron alimentos que no habíamos pedido y que no entraban en nuestro menú», añade aún preocupada por lo vivido el día de su boda.
Una mezcla de nerviosismo, decepción, enfado y tristeza que aumentó por momentos ya que ni el jefe del hotel ni el gerente les dieron una explicación de lo que estaba pasando. «Nuestra wedding planner se ponía en contacto con ellos, pero nadie le daba una respuesta. Era algo increíble, no nos lo podíamos creer», destacan. Asimismo, indican que, una semana después, tampoco han recibido ninguna llamada de disculpa por lo sucedido ni tampoco compensación alguna. «Comprendemos que son cosas que pueden pasar, pero no nos ofrecieron alguna otra alternativa ni una solución», añaden. Sin embargo, su sorpresa no quedó ahí. Además de contar con todos estos problemas, el hotel les pasó la factura de lo consumido, menús que no habían pedido y que incluían platos procedentes de otra boda. «Fue un desastre y un infierno», indican.
Gente procedente de distintas partes de España -Murcia, Valencia o Barcelona, se desplazaron hasta la capital para acompañarlos el día de su boda. Los que se hospedaban en el hotel, también tuvieron problemas por cortes de agua y aire acondicionado y tuvieron que buscar un nuevo lugar donde dormir. Pero estos invitados se convirtieron en una parte esencial para disfrutar de la noche. No dejaron en ningún momento que decayera el ánimo de los novios. «Seguimos más por ellos. Se lo tomaron bien, aunque también sufrían de ver lo que nos había pasado. No dejaron que nos viniésemos abajo en ningún momento», asegura la novia.
Por el momento, han puesto una reclamación en el establecimiento y han contactado con los otros novios afectados esa misma noche, por lo que están a la espera de poder realizar la denuncia oficial.
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