Martes, 26 de octubre 2021, 11:46
Juan Antonio Morón Morón es uno de los mejores troveros que existen en La Alpujarra. Él nació hace 77 años en el cortijo de 'Los Mateos', situado en la Sierra de la Contraviesa y término municipal del municipio de Cástaras. Morón empezó a trovar a ... los 7 años de edad. En su finca existen viñedos, almendrales, higueras y olivos. También este famoso artista y poeta de la improvisación, que ha trovado dentro y fuera de España, posee una bodega, un caballo y un burro, varios perros, gallinas que ponen huevos azules, gallos, pavos, ovejas, cabras, cerdos y palomas. El cortijo de Morón, situado a 1.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, se asemeja al 'Arca de Noe'. Desde esta hacienda se divisan 22 pueblos de La Alpujarra granadina y almeriense y del Valle de Lecrín.
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Morón aprendió a trovar gracias a su padre y a su madre que también trovaban en las fiestas cortijeras y familiares que se celebraban en 'Los Mateos'. También toca la guitarra. Este maestro de la improvisación ha trovado con grandes artistas alpujarreños: Miguel García Maldonado 'Candiota'; Epifanio Lupión; Antonio 'El el de las Joyas'; Ramón Antequera; José Sevilla; Barranco; 'El Sotillo, José 'El Panadero' del Pozuelo; Peret; Barranco', Vicente que también baila y toca el violín y que va para sacerdote; entre otros. Morón ha actuado con otros compañeros en Granada, Almería, Sevilla, Galicia, el País Vasco, Madrid, Francia e Italia. Últimamente ha actuado de balde en Lanjarón, en la antigua fábrica de aceite de Gallegos, convertida en un gran centro artístico y cultural de primer orden, en el típico y antiquísimo Barrio Hondillo. Juan Antonio actúa con pantalón, zapatos, chaleco y sombreo negro y camisa blanca. En una mano sostiene una vara de almendro.
Morón ha adquirido un tractor con abanico y vibrador para recoger el fruto de los almendros. Juan Antonio comenzó a trabajar en el campo a corta edad para ayudar a sus padres y a su hermana y hermano a sacar el cortijo adelante. Este trovero enviudó en 2002 y tiene un hijo que se encarga de la finca, llamado Juan José Morón Blasco. Morón adora a toda su familia y, como no, a su nieto y a su nieta.
Juan 'El el de los Mateos' (como así se le conoce) pudo ir a la escuela para aprender a leer, escribir y hacer cuentas. Consiguió el certificado de Estudios Primarios. Las clases las impartió en varias escuelas rurales de la Sierra de la Contraviesa: en ´Los Morones', 'Los Cózares', 'Los Garcías' y en ´La Cuesta del Molino'. Con nueve años de edad para ir a clase a ´Los Cózares' tenía que andar por caminos de herradura 18 kilómetros, entre la ida y la vuelta. A los doce años comenzó a arar la tierra, a cuidar las viñas, a varear almendra y aceituna, a cosechar trigo y otros productos. El servicio militar lo realizó de instructor y de cabo comedor en el Campamento de Viator de Almería. Después se sacó el carnet de conducir y se casó. Morón ha sido consejero de Caja Rural durante 10 años. Durante 19 años ha sido conductor de un bus escolar en la Sierra de la Contraviesa y con destino al colegio de Múrtas. Juan es un ser extraordinario, muy trabajador y bondadoso, un hombre muy inteligente y fuera de serie que ha recibido muchos premios y el cariño de la gente.
El trovo alpujarreño es el arte de improvisar las canciones sin perder el compás y contestando a las estrofas de otros troveros. Aunque es eminentemente cantado, a veces, cuando no hay música, se puede hacer hablado. Las estrofas son quintillas y cuando son cantadas se repite el primer verso. En las fiestas de trovo se reúnen muchas personas, varias de las cuales trovan y otras escuchan muy atentas y emocionadas. Primero comienzan los músicos de cuerda marcando el compás hasta que empieza el primer trovador que elije el tema que orientará las siguientes estrofas. Antiguamente estas fiestas en Murtas, Turón, Cádiar, Alpujarra de la Sierra, Válor, Ugíjar, Torvizcón, Cástaras, Lobras, Almegíjar, Albondón, Albuñol, Lújar, Polopos, Lújar, Rubite, Sorvilán, Alfornón, Gualchos… eran interminables, pues los troveros 'se picaban' y no acababan hasta que uno se retiraba derrotado. A veces otro entraba y seguía el trovo. El vino del terruño y las copas de aguardiente no faltaban en la fiesta. También se degustaban productos de la matanza del cerdo y platos caseros.
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Andrés Linares, de Murtas (ya fallecido) trovaba y tocaba el violín a la misma vez. El que fuera alcalde de Murtas, Cecilio Martín (ya fallecido) trovaba y era un gran entusiasta del folclore alpujarreño. El trovo se realiza en otras zonas de Almería, Loja, Córdoba, Málaga, Múrcia… En el mundo árabe, la improvisación es un arte arraigado desde el siglo VIII.
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