Algunos lugares de Lanjarón fueron construidos y habitados por judíos. Una investigación realizada hace años llevó al Padre Ferrer (ya fallecido) a una conclusión relevante: «los portales y tinaos situados a lo largo del Barrio Hondillo de Lanjarón los edificaron los judíos y no los árabes, como refleja su peculiar tipología arquitectónica«. El Barrio Hondillo, la Placeta de Santa Ana, la Plaza… son lugares muy visitados a lo largo del año por los turistas.
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El casco urbano más antiguo de Lanjarón está dotado de un gran número de tinaos que para muchos estudiosos pertenecen a la época de la dominación árabe. Pues bien, tras las investigaciones de jesuita Manuel Ferrer Muñoz, conocido como el Padre Ferrer, esta creencia queda en entredicho.
Según los trabajos desarrollados en su día por el Padre Ferrer las obras más antiguas del Barrio Hondillo, de incalculable valor histórico-artístico, fueron realizadas por los judíos, siglos antes. El objetivo buscado con estas edificaciones era guardar una cierta independencia familiar alrededor de un patio y tinao donde solamente se podía acceder desde la calle por una gigantesca puerta o un enorme portón de madera de castaño, principalmente.
Algunos de los portales y tinaos del Barrio Hondillo se llaman: 'Dieguito', 'La Placetilla', 'Las Alcántaras', 'Patricio', 'Los Molinillas', 'Las Chispas', 'Tío Pedro', 'Los Romeros', 'Los Torres', 'Cosca' o 'Las Chirinas'. Sostenía el Padre Ferrer que como las hijas de los judíos no podían casarse sino con los hijos del tío paterno, se conservaba así el entorno familiar en estos portales con una cierta independencia, y por que era la única manera de que el patrimonio familiar no se repartiera sino que siguiera unido aunque crecieran los hijos.
Aseguraba también el Padre Ferrer que «las obras del Barrio Hondillo de Lanjarón son distintas a las que existen en otros lugares de La Alpujarra porque tenían además para los judíos un sentido religioso. Según la Tora (ley judía) en sábado estas personas no podían sacar nada de sus casas, como los alimentos, pero como el portal y el tinao disponían de un patio en muchos casos o de una pequeña placetilla con una entrada común, sí podían intercambiarlos en sábado sin infringir la ley. De no haber existido estas edificaciones la relación familiar habría sido imposible«, sostenía este jesuita de Padul.
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Según el Padre Ferrer, «los portales y tinaos de Lanjarón son una joya porque tienen mucha historia. Su arquitectura es preciosa y tesoros como estos, casi únicos, hay que conservarlos y ayudar para ello a sus propietarios desde el Ayuntamiento de Lanjarón y otras administraciones». El Barrio Hondillo de Lanjarón antiguamente era la vía de acceso que se adentraba en La Alpujarra.
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