Francisco reconoce que lo que más le gusta de su pueblo es que este año el colegio está lleno de niños y que todos son sus amigos. La vida de las calles del pueblo ya no tienen solo a los abuelos como protagonistas. Desde hace ... poco más de un año, también a los más de 20 niños que acuden al centro.
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Han pasado de tener ocho a 23 alumnos en solo un curso. La razón principal de este 'boom' infantil ha sido las ayudas económicas que otorga el Ayuntamiento para los progenitores que residen en Gor. Los columpios que hay junto a la plaza no estaban tan llenos desde hacía décadas. Apenas hay espacio para un niño más. Tampoco los caños y la zona de los lavaderos, donde juegan y organizan actividades con los profesores y con la escuela de verano.
Esta nueva vida es la que ha hecho que pasen de estar al límite de tener que cerrar el comedor escolar, a solicitar a la delegación de Educación la ampliación del centro. Los vecinos de Gor –principalmente, de tercera edad– los miran con una mezcla de envidia y alegría. Reconocen que nada les reconforta más que ver que Gor tiene futuro.
La mayoría de los menores están en edad preescolar, un hecho que refuerza la idea de pervivencia de la escuela y del territorio.
Talleres de pintura
El camino que va desde el colegio hasta la sede de la Asociación Arte y Cultura está lleno de encuentros cariñosos. Los pequeños se lanzan a los brazos de los abuelos, que sonríen y charlan. «Esto nos ha devuelto la vida», señala Maribel, vecina y miembro de la agrupación de vecinos. Ella misma se encarga de estar con los menores y organizar los talleres de pintura y cerámica en los que también participan los mayores del pueblo. Actividades extraescolares para todas las edades. El objetivo principal de la iniciativa es romper la barrera generacional y fomentar un ocio activo entre los niños. Les invade la ilusión y la alegría por partes iguales.
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Admiten que el pueblo necesitaba «un soplo de aire fresco». El bullicio se aprecia en el territorio durante los meses de verano, pero quieren luchar contra el vacío que viven en invierno. El pueblo era uno de los municipios de la comarca de Guadix con más habitantes. Llegó a acumular más de 7.000 habitantes con los residentes de sus anejos, pero ha sufrido una gran despoblación en las últimas décadas.
La llegada de 15 niños en solo un año les devuelve la esperanza. La vida comienza a llenar de futuro el colegio de Gor.
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