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Sergio González Hueso
Granada
Martes, 14 de enero 2020, 20:11
Sin luz, ni arcén o aceras. Son dos carriles angostos, uno para cada sentido de la marcha, por los que circulan a diario cientos ... de vehículos desde hace una década. Corresponden a un tramo de 150 metros que forma parte del vial –la avenida SanRafael– que conecta los municipios de Churriana y Armilla, y que a su vez enlaza con la capital siendo el camino más corto para llegar al Hospital del Parque Tecnológico de la Salud (PTS).
A pesar de su importancia para vertebrar la comunicación del cinturón y de la alta densidad de tráfico que tiene, este segmento concreto supone a día de hoy un problema para el tráfico de esta zona. Y no es de ahora. Su desdoblamiento y mejora es una reivindicación recurrente de los vecinos de municipios como Churriana o Las Gabias. Juan Carlos vive cerca. Es usuario habitual de este vial y ha hecho de todo para que le hagan caso:recoger firmas, escribir cartas a periódicos o incluso presentar una queja a la oficina del Defensor del Pueblo Andaluz. «Estoy esperando a que me responda», cuenta este hombre, que comenzó hace un par de años a mover este asunto a nivel particular.
De entonces a esta parte, ha podido conocer bien la problemática de este lugar. Según explica, esta carretera se proyectó como ronda de conexión entre estos municipios en compensación a la llegada del Metropolitano de Granada a Armilla, que lo hizo cerrando la salida natural a la capital. Se construyó en los primeros años de la crisis, hace ya casi una década, y tiene una longitud aproximada de 1,3 kilómetros. Salva la distancia entre la rotonda de la Bandera de España de Churriana y la del parque Albán de Armilla. Está pensada para soportar un alto nivel circulatorio, de ahí que se proyectase en su día con cuatro carriles, dos para cada sentido, aceras anchas, arcenes espaciosos y su iluminación correspondiente.
El problema radica en que existe un tramo de unos 150 metros en los que no se cumple ninguna de estas premisas. Uno va circulando con su turismo en dirección a la capital por una carretera amplia y con buena visibilidad y, de repente, se ve obligado a continuar por una angosta vía de aspecto vetusto con márgenes estrechos, sin arcenes y que hace casi imposible adelantar al contar solo con un carril por sentido.
Tanto a la entrada en este tramo como a su salida, el cambio es brusco. El estrechamiento es radical y el pavimento es bien diferente: está lleno de baches, desnivel y tiene sus márgenes invadidos de maleza. Y todo se complica aún más cuando cae la noche. Al ser una zona rústica no se ha dado continuación a los servicios de electricidad, por lo que tampoco hay luz. En ocasiones esta circunstancia ha provocado que varios vehículos hayan invadido el carril contrario por error o que hayan estado a punto de atropellar a algún peatón.
Como se ha dicho, no hay aceras, por lo que muchas personas que caminan de un pueblo a otro lo hacen en estos metros sobre una pequeña vereda o un ridículo arcén, exponiendo su integridad en un vial en el que los coches circulan a cierta velocidad.
Juan Carlos no puede entender cómo se permite una infraestructura en este mal estado en pleno siglo XXI siendo además la que usan los vecinos de Churriana, Las Gabias, Cúllar Vega, Vegas del Genil o la propia Armilla para llegar al PTS o al Centro Comercial Nevada.
Una vez que inició su campaña para reactivar el desdoblamiento y la mejora de este tramo, este ciudadano recibió el apoyo de la asociación de vecinos de Nueva Churriana, que ha estado en contacto con el alcalde de este municipio continuamente con el fin de propiciar el arreglo. Como este segmento discurre por el término municipal de Armilla, la pelota parece estar sobre su tejado. «En la parte correspondiente a Churriana se hizo el vial con las mejores condiciones, el problema es cuando se llega al otro municipio, pues ni está desdoblado en una parte ni el firme es digno hasta el parque Albán después de una década», explica Javier Gilabert, presidente del colectivo vecinal.
Como se ha dicho, el asunto trae cola. Incluso tiene ramificaciones políticas, pues existe una pequeña disensión entre los ayuntamientos de ambos municipios, curiosamente de colores diferentes. Mientras que desde Churriana ven «vital» terminar la carretera, tal y como asegura su alcalde Antonio Narváez (PP), en Armilla no lo ven así: creen que es una reivindicación que no afecta más que a vecinos de otros municipios.
La alcaldesa de Armilla, Dolores Cañabate (PSOE), niega además que la responsabilidad de este asunto recaiga sobre su institución. Apunta a los dueños del terreno. «Son ellos los que tienen que hacer la obra pues forma parte de un plan parcial», aclara. Explica a IDEALque cuando se ejecutó el vial, se logró que el tramo que discurre por Churriana se pagase con ayuda de la Consejería con motivo de la llegada del metro. Y quedó pendiente el resto de segmentos. Hoy solo queda por hacer este de 150 metros. Cañabate indica que se ha puesto en contacto en repetidas ocasiones con los propietarios, que le habrían afirmado que este año intentarán llevar a cabo la obra. Como no lo aseguran, Armilla ha consignado una partida económica en el presupuesto de 2020. «Por lo menos, para iniciar el procedimiento de redacción del proyecto», señala la alcaldesa, que aunque niega que la carretera sea peligrosa, sí que dijo ser «sensible» a la reivindicación ciudadana.
Narváez quiere retomar los contactos con ella para que se haga de una vez esta obra, que calcula que podría costar unos 250.000 euros.
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