Atractivo turístico

Padul inaugura un grafiti grande como un mamut

Tan grande como un mamut, símbolo del pueblo que se puede ver en la misma plaza del Ayuntamiento paduleño, este grafiti de casi dos mil metros cuadrados da vida a la torre del silo municipal y se convierte al mismo tiempo en un homenaje a todos aquellos que han trabajado en este lugar y en un potente atractivo turístico.

La obra de arte urbano la firma El Niño de las Pinturas, el granadino Raúl, que ayer domingo se encontraba presente en la fiesta que el municipio organizó para esta inauguración. El grafiti, que ilustra las cuatro caras del silo, está dedicado al padre del artista, Rafael Ruiz, «y a todas las personas del Padul y a todos los pueblos de Graná», como se puede leer al pie de una de las caras del propio grafiti.

«Es que la gente de Padul es muy bonica», explicaba encantado de la vida el propio Niño de las Pinturas, en uno de los mejores días de su vida. «Está aquí mi madre, mi familia, mis amigos del barrio del Realejo y mis colegas de los grafitis. Estoy feliz».

No era el único. Junto al silo hay un parque con todo tipo de rampas y cuestas donde la chavalería paduleña practicaba a fondo y realizaba todo tipo de cabriolas con patinetes, bicicletas y skates, mientras sus mamás y sus papás se apretaban unos tercios de cerveza.

Había aires de verbena y de fiestas del pueblo mientras los responsables preparaban una enorme sartén con migas con sus tropiezos de carne, pimientos y choricillo. La cola para degustar una ración daba la vuelta a la plaza del silo. No en vano, el Ayuntamiento de Padul había programado un elaborado listado de actividades para celebrar esta inauguración del grafiti.

En efecto, la celebración arrancó al mediodía y se prolongó hasta la caída del sol. En los aledaños del silo se pudieron adquirir artículos del autor en la tienda de El Niño de las Pinturas, hubo una exhibición de BMX freestyle en la pista del 'skatepark' a cargo de Alejandro 'Pitu' Alcojor y Gabi Mastragostino, y también hubo música para todos, con un concierto del grupo Lundara. En los intervalos la música ambiente corrió a cargo del DJ Calagat 13.

La inauguración fue un éxito. Lleno hasta la bandera, el grafiti fue fotografiado por todo el mundo. Manuel, un anciano del lugar, también estaba cantado. «Lo veo desde la ventana de mi casa. Antes no había nada, y ahora está todo muy bonico».