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Emilio y María del Carmen vivieron el pasado domingo, 29 de julio, los minutos más angustiosos de sus vidas. Este matrimonio, de 78 y 65 años de edad respectivamente, daba un tranquilo paseo por Guadahortuna sobre las once de la noche, por las inmediaciones de ... la carretera A-401 de camino a su casa, cuando de repente tres jóvenes que salieron de un parque cercano les increparon. Los susodichos omenzaron a gritarles «¡esto es un atraco, un atraco!», incluso se taparon la cara con sus camisetas mientras se aproximaban a la pareja. Emilio relata que se acercó a ellos diciéndoles que les dejaran tranquilos, solo quería «espantarles», pero los chavales hicieron caso omiso, siguieron con sus voceríos y acabó sufriendo una agresión por la que tuvo que ser hospitalizado.
En un momento dado de la disputa dos de los jóvenes se quedaron más rezagados respecto a su posición, pero el tercero permaneció cerca del matrimonio y le propinó una patada a Emilio por la parte frontal de su cuerpo que hizo que cayera al suelo, golpeándose en la parte posterior de su cabeza y quedando inconsciente de inmediato. «Me tiré al suelo desesperada, llamando a mi marido, dándole en la cara para que recobrara el conocimiento; grité 'socorro, socorro' una y otra vez para que nos ayudaran», recuerda irritada María del Carmen. «Pasé muchísimo miedo, creía que Emilio había muerto». Los tres jóvenes se marcharon corriendo por donde habían venido.
Unas vecinas atendieron su llamada de auxilio y los servicios sanitarios se personaron en el lugar de los hechos. Emilio tuvo que ser trasladado al hospital de Traumatología de Granada donde permaneció 24 horas ingresado por el fuerte golpe en la cabeza que le provocó una hemorragia cerebral leve y contusiones.
Tras recibir el alta médica, Emilio denunció estos hechos ante la Guardia Civil. En la denuncia también reza otro tenso encuentro con los jóvenes mencionados que son de etnia gitana. Hace unos quince días Emilio fue abordado mientras circulaba a baja velocidad con su coche, más o menos por la misma zona donde sufrió la agresión del pasado domingo. Los tres chavales abrieron las puertas de los asientos traseros de su vehículo exigiéndole que los llevara a Huelma, en la provincia de Jaén. Emilio les respondió contundente que no podía ser e inició la marcha con las puertas de atrás abiertas.
Según han podido saber Emilio y María del Carmen tras estos sucesos, al parecer hay más vecinos que han sufrido diferentes actos delictivos por parte de estos tres jóvenes. «No tienen respeto por nada ni nadie», manifiesta María del Carmen indignada. «La alcaldesa sabe de todos estos hechos. Cuando se enteró de lo que nos había ocurrido dijo que nos daría todo su apoyo y no está haciendo nada de nada».
Entre tanto, Emilio se recupera poco a poco en su casa de las lesiones sufridas tras la agresión. «Lo único que queremos es seguridad en el pueblo, ya tenemos el susto en el cuerpo», asegura el matrimonio.
Por su parte la alcaldesa de Guadahortuna, Josefa Caballero, expresa su malestar sobre este altercado. «Me sentí muy mal cuando me enteré de lo que le había ocurrido a Emilio. Desde hace un tiempo hay un grupo de menores que está alterando la paz en el municipio y yo no quiero eso para mi pueblo». Asegura que desde el Ayuntamiento se está trabajando para erradicar dicha situación: «Este mismo viernes me reuní con la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López Calahorro, y le trasladé la necesidad del municipio de contar con más efectivos de la Guardia Civil».
Además, Caballero considera que la colaboración ciudadana para estos casos ha de ser imprescindible. «Entiendo que sea complicado identificar a estos jóvenes, que tienen entre 14 y 16 años de edad, porque siempre van encapuchados o se tapan los rostros con sus camisetas. Según el relato de esta familia –continúa la alcaldesa–, no pudieron verles las caras. Pero seguro que había más personas que presenciaron los hechos y, como siempre, nadie vio nada por miedo o por la razón que sea».
La alcaldesa señala que todos los vecinos de Guadahortuna saben quiénes son estos menores, pero «es necesario verlos 'in situ' para poder acusarlos, verles las caras. Cada uno de ellos tiene una circunstancias un poco extremas en sus familias, aunque eso no justifica nada». Josefa Caballero cuenta también que muchos vecinos le acusan de acogerlos en el pueblo: «La alcaldesa los trae, la alcaldesa los empadrona. Mire usted, yo no puedo negarme a empadronar a ninguna familia siempre y cuando todo esté en regla. ¿Creen que otro alcalde los va a echar?».
La regidora señala que tanto Guardia Civil como la Fiscalía de Menores están trabajando en dar con estos jóvenes «para que se hagan responsables de sus actos. Estoy en constante contacto con la educadora del juzgado de menores, a ver si entre todos conseguimos que reine la paz en el pueblo».
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