El principio del final de la Fiesta del Dragón

«No como el año pasado. Sí hay algo de música por la noche, pero no hay gente apenas. Este año no hay fiesta, ni aquí ni en ningún otro sitio». Peter es uno de los pocos guiris asentados en este paraje que vino buscando fiesta junto a un amigo y una caravana, y está disfrutando del paraje pero de otra forma. «Está todo muy tranquilo», resume.

Justo a la entrada del paraje hay un cartel colgado de un olivo que advierte de la prohibición de acampar en la zona. «La propiedad del terreno, la inmobiliaria del BBVA conocida como Anida, ha prohibido la acampada y eso es un paso muy importante para eliminar una fiesta que queremos suprimir de una vez por todas», dijo ayer Manuel Gil, alcalde de Santa Fe tras hablar con IDEAL en el Ayuntamiento de esta localidad.

-¿Por qué no hay gente este año en la Fiesta del Dragón?

-El tiempo. Nosotros vinimos hace dos días desde Francia, pero no por la fiesta. Veníamos a las Termas.

Así lo explica una pareja de hippies instalada con su destartalada caravana a la entrada de este paraje santaferino. «La fiesta debió de ser el pasado fin de semana pero hizo mal tiempo y no había gente. No creo que este sábado haya más».

Ni la Policía Local de Santa Fe ni la Guardia Civil han detectado grandes problemas ni durante la pasada semana ni en esta, que está a punto de enfilar el fin de semana. «Hemos presentado alguna denuncia por tenencia de drogas y por consumo, pero nada comparable a lo de años anteriores», comentan desde la Guardia Civil.

Nadie lanza las campanas al vuelo por lo que pueda pasar este fin de semana, pero la Fiesta del Dragón ha podido iniciar la cuenta atrás para su desaparición definitiva. «Tenemos la intención de eliminar esta fiesta de una vez por todas y estamos en el buen camino de conseguirlo», insiste el primer edil del consistorio santaferino. Un agente de la Policía Local del consistorio advierte de que los propietarios, el BBVA, han suprimido este año parte de los caminos que se habían abierto otros años, para evitar de este modo el tránsito de vehículos por la zona.

La estampa del paraje de Aguas Calientes ayer era la de un sitio tranquilo, con unas vistas impresionantes sobre Sierra Nevada junto al asentamiento de un grupo de hippies dispersados por el entorno. Unos tomaban el sol sentados en sillas, otros comían, los había colgando ropa en tenderetes y otros jugaban con perros por la zona. A la entrada del paraje, se apilaban algunas bolsas de basura y por el suelo no era difícil toparse con alguna lata o botella de cristal. El Dragón ha iniciado su cuenta atrás.